Kamakura
Salimos a eso de las 9 de la mañana dirección estación de Tokyo para pillar la línea que nos llevaría a Kamakura, un lugar costero que tiene bastante fama.
Tardamos una hora y pico en llegar al lugar. Nada más salir nos topamos con una muy concurrida plaza en la que por todos lados habían taxis y gente con mucha prisa, como casi siempre en este gran país.
Nos orientamos un poco y tras consultar la guía Eli pensó que sería diferente hacer la ruta de Daibutsu en lugar de ir a ver templos y más templos por la zona este. A pesar de todo, nos acercamos a las puertas de alguno como el Tsurugaoka Hachiman-Gú para tirar algunas fotos y ver las flores de loto que hay en las entradas.
Giramos a la izquierda del templo y compramos bebidas frescas para la caminata, que será de unos 3 kilómetros y medio por un lado y llegar en donde empieza la ruta 1 kilómetro más o menos. Lo de las máquinas estas de bebidas a un yen o yen y medio es tremendo, están por todos sitios y siempre funcionan...un mantenimiento así en España es inconcebible.
Seguimos la carretera y giramos a la derecha para seguir caminando. Un buen rato después llegamos al templo de Kenchó-Ji, el más importante de los templos zen y que es enorme, tan enorme que desde la misma puerta prácticamente lo retratamos entero, así que seguimos caminando por la carretera hasta que llegamos al inicio de la ruta, que comenzaba en unas escaleras llenas de musgo verde muy fotogénica y que daba al templo Jóchi-Ji, pero pasamos también de él para seguir por un senderillo hasta que nos fuimos adentrando en bosque...y cada vez más estrecho y con ramas llenas de arañas y bichitos de esos que tanto le gustan a Eli.
Subiendo unos escalones (antes de llegar a zona bosque profunda) vimos que salía como un humillo blanco y nos quedamos un rato mirando a ver de dónde cojones venía el tema...por más que miramos no encontramos nada (ni colilla, ni surtidor de aire...), y los escalones eran de piedra natural....incluso tiramos unas fotos porque el tema era curioso...en fin, supongo que tantas horas de Lost nos ha afectado al juicio y creemos ver el “humo negro” hasta en un sendero perdido de Japón...seguimos y poco a poco dejamos atrás cualquier tipo de “asfalto” para encontrarnos en mitad del bosque.
Rodeados de raíces enormes de árboles, sonidos de bichos por todos lados...parecía que uno estaba en la puta peli de Depredador, sólo faltaba Jeese Ventura mascando tabaco por ahí.
Seguimos caminando entre senderos y nos fuimos encontrando de vez en cuando a alguna alma perdida. Apreciamos que en el suelo de vez en cuando hay unos pivotes de colores que suponemos sirven para orientarse, un detalle la verdad porque a pesar de que más o menos ves la ruta de vez en cuando se dividen los caminos en dos o tres y uno se queda un poco “let it be”.
El paseo, a pesar de agotador resultó gratificante. Llegamos a una bifurcación que nos indicaba la proximidad del santuario de Zeniarai-Benten, un lugar en donde al parecer la gente lava el dinero para darles suerte y al que se accede por una cueva.
Llegamos y nos adentramos en la gruta, apareciendo en un recinto rodeado por el bosque en el que no falta de nada, ni siquiera tiendas de souvenirs varios...en cualquier caso el sitio resulta muy cuco y la gente lava su dinero en unas cestas (previa compra de un kit de cesta, incienso y un papel para colgar un deseo) para luego salir, tocar una campana y colocar incienso en un caldero enorme en el que se purifican.
El lugar a pesar de tener un poco de tufillo turístico está bastante bien, y el marco en el que se encuentra es bastante pintoresco.
Salimos del lugar y nos dirigimos a través de una urbanización en dirección a la zona de la estación para comer alguna cosa. De camino pasamos por una zona con unas casas de infarto (y ya van algunas zonas por aquí) y poco después llegamos al centro.
La verdad es que las calles que conectan la estación son una especie de Pineda de Mar pero a lo japo, con sus tiendecitas de regalos, sitios para comer, etc.
El amigo Héctor nos había recomendado un sitio para comer, pero se nos olvidó anotarlo y no recordábamos bien el sitio, por lo que serpenteamos unas cuantas calles y no sabemos cómo aparecimos en un local de esos típicos todo de madera con las banderitas en la puerta corredera. Entramos y allí había un abuelete en la barra tomando sake mientras veía con los camareros un partido de béisbol en la tele....”este sitio es el bueno” pensé...
La carta estaba en japo japo pero más o menos veías que eran variedades de sushi por lo que pedimos unos cuantos de unos y de otros y unas cervecitas frescas....nos pusimos como el kiko...bueno, yo más que Eli que la pobre creo que ha aborrecido el sushi de una tacada.
Las cervezas aquí son carísimas, tanto que en la mayoría de ocasiones resultan casi el doble de lo que te puede costar un plato de comida, a pesar de todo en este sitio no eran excesivamente caras, unos 300 y pico yens cada una y en formato jarra (en otros sitios te llegan a cobrar 600 por una copa, una copa!)...por lo que conviene vigilar con el tema si no se quiere llevar uno un susto en la factura.
En todo caso nos salió el papeo por 3000y los dos y salimos redondos...
Después del atracón decidimos irnos a la playa a remojarnos un poco y como el menda es muy flamenco pues decidió dejarse el bañador en Barcelona pensando que por aquí encontraría algún trapo con el que taparme...y lo encontramos, pero me tuve que dejar 20e (y valía 40 sin descuento) en el maldito bañador que para postres es rojo sangre (y encima llevaba camiseta roja, con lo que parecía una menstruación)...pero es que era para ver el resto....además de que no me entraba ninguno! Me tuve que probar 3 porque no me cabía ni una pierna, con lo que cada vez que salía ponía cara de gordo cabrón y le decía a la pobre dependienta “a little MORE biggest please”....supongo que será por los músculos....o el músculo.
En fin, caminamos unos metros y llegamos a la playa, de arena fina, con lo que odio la arena fina...pero bueno, no todos los días uno se baña en Japón así que pelillos a la mar.
El agua estaba caliente de la ostia y no cubre nada, de todas formas pasamos un buen rato chapoteando y refrescándonos después de la pateada del día. Hablamos con un pakistaní que se nos acercó a darnos conversación a pesar de verme el bañador y la cara y cuando empezó a subir la marea y a sonar por un interfono la voz de un nipón que parecía preocupado decidimos emprender la vuelta hacia Tokyo.
Cuando llegamos a Tokyo comencé a sentirme mejor al ver a tíos con colorines varios y chicas con tutú...así que mi rojo furia no llamaba excesivamente la atención.
Nos duchamos en el hotel y nos fuimos a comer algo, nos metimos en “un bar de tapas” justo en la entrada de la estación de Asakusa que estaba bastante lleno de japos, miramos la carta y los precios eran razonables (y la birra a 300y, en jarra)..así que nos metimos y pedimos unas tapillas de pollo al limón.
Como teníamos algo más de cuerda callejeamos un poco más por Asakusa y encontramos algunas zonas muy pintorescas con mucha vida nocturna....terrazas con gente comiendo...un ambiente majo y además anotamos unos cuántos sitios para cenar por si pasamos de nuevo que tenían buena pinta. Sin darnos cuenta nos topamos con los templos que vimos el primer día, pero iluminados por la noche lucen estupendos, tranquilos y se está muchísimo más fresco evidentemente.
De camino al hotel, justo a mitad del puente que cruza el río Sumida vimos a un par de japos partiéndose la caja...uno estaba subido a la vaya decorativa que separa la acera del tráfico y se ponía en pompa en una pose como de “sumo”, el otro desde abajo enfocaba la cámara con lo que entendimos que estaban haciendo el canelo...lo bueno fue cuando en el otro lado vimos el “espermatozoide” gigante que copa un edificio y entendimos la mofa...los muy cabritos estaban haciendo como que se tiraba un pedo uno con la forma de la “obra”. Grandioso. Incluso aplaudimos la ocurrencia.
Regresamos al hotel pensando en hacer la coña (que no descartamos). Mañana visitaremos Odaiba, los jardines imperiales y por la noche explotar Shinjuku, que apenas pisamos el segundo día.
Un saludo!.
Dos cosas!!
ResponderEliminarUna... con que camiseta roja estabas vestido???
Dos Tengo razón y ya hemos encargado la cinta para que puedas correr en la oficina (Lo necesitaras!!)
A por cierto... PICATECLAS... A ver si aprendemos a poner las fotos bien que no se ve ni una!!!
Saludos y perdonar las bromitas!! Pero dais una envidia!!
Ok, pero que la cinta tenga un microclima de entre 30-38 grados, subidas y bajadas, terreno fangoso, piedras y escaleras ;)
ResponderEliminarAnda pues sí...ya lo miraré, que estoy de vacaciones...
Un saludo!
Hola guapos!
ResponderEliminarYa veo que os lo estáis pasando en grande... Fran no quiero ni imaginarme tu pinta con el bañador último modelo rojo rubí... Supongo que te hiciste alguna foto, no?
Bueno, yo estare estos días desconectada de vuestras aventuras porque el sabado me marcho a Irlanda, ya tengo unas ganas!
Ya nos contaremos a la vuuelta...
Un beso muy fuerte para los dos!
Iolanda
Esperamos que lo pases en grande Iol, te lo mereces.
ResponderEliminarDisfruta y vívelo a tope.
Ya nos contarás.
Un saludo!.
...Un comentario sin comentarios: el post lo merece XDDD
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