Partimos temprano dejando atrás a Udaipur. Esta ciudad nos ha encantado, cierto es que hay bastante turista pero tiene mil y un recovecos que explorar y calles por la que perderse...no se, nos parece un poco hasta mediterranea esta ciudad.
Llegamos a Pushkar en unas 5 horas. Nada más llegar a Pushkar ya ves bastante peregrino entrar y salir, ya que la ciudad es lugar sagrado y los peregrinos se van a bañar y a hacer sus oraciones a los ghats de esta zona...algunos tienen una pinta bastante esperpéntica, no sabes bien si lo hacen por devoción o simplemente por dar la nota...y algún viajero occidental también algo flipadillo...aquí se huele el misticismo...
Paramos para ver las habitaciones en el New Park Hotel, un complejo de villas que nos recordó algo a la Riviera Maya y algo a Dali, ya que las villas y el jardín eran parecidas y de fondo unas montañas enormes que se fundían con las nubes...muy bonito y tranquilo, y no muy lejos del centro de Pushkar.
Nos enseñaron las habitaciones y estaban bastante bien, nos las dejaron por 900 INR y aceptamos.
Descargamos y nos fuimos directamente al pueblo caminando. La calle principal se llama Ajmer Rd, que se convierte en Sadar Bazaar Rd justo cuando llegas a la zona de los Ghats. Allí había muchísima gente accediendo y saliendo de los mismos, a penas pudimos asomar la cabeza para mirar...lástima que el lago de Pushkar estaba muy seco, lo que le restaba espectacularidad al momento.
Pasamos incluso por el Ghat de Gandhi, desde el que esparcieron sus cenizas, aquí imposible ni siquiera asomarse, aquello parecía los San Fermines.
Como teníamos algo de hambre decidimos parar en un puesto callejero llamado Pawan donde un hindú estaba haciendo como Durums (Pakhara creo que ponía en un letrero, manda huevos que estaba en castellano y es de lo poco que no recuerdo) pero vegetarianos...decidimos probar.
Tardó lo suyo y les sirvió a unas gachís que se sentaron después de nosotros, pero como destilamos buen kharma y aquí lo que se lleva es el “be happy” pues decidimos esperar y punto...el durum estaba bueno, algo seco quizá pero bueno.
Mientras comiamos unos críos que iban y venían por la calle no paraban de pedir comida, etc. al final decidí darle la mitad de lo que estaba comiendo, además de que estaba lleno...el crío se lo comió en dos segundos, pero nos gustó que tuvo el detalle de ofrecerle a su compi un trozo, el cual declinó...
De todas formas, los críos no paran de pedir cosas...más tarde se nos apareció diciendo que “estaba lleno” pero que su madre no le compraba juguetes...en fin, lo remitimos a los Reyes Magos.
Poco antes de terminar de comer comenzó a caer lluvia, pero lluvia de verdad, así que decidimos hacer tiempo y esperar que escampara...cuando pareció remitir nos fuimos dirección al templo de Brhama para visitarlo pero tuvimos que parar de nuevo a los pocos metros...las calles comenzaron a inundarse y finalmente tuvimos que pararnos para esperar a que escampara...por cierto que vino un perro mientras esperabamos y nos puso perdidos sacudiéndose....a nosotros y a una família hindú junto a nosotros que le dijo al perro de todo menos bonito...joder con los pacifistas...
Imposible, la calle era un río, no paraba de llover y comenzabamos a estar bastante empapados por lo que asaltamos a un rickshaw que vimos y nos subimos como pudimos a él para volver al hotel.
Las calles eran lodazales y balsas de agua, nos pusimos chorreando aunque por fortuna el calzado (que era lo que más nos preocupaba, sobre todo a mí que sólo llevaba unas bambas) se salvó bastante...aun así tuvimos que bajarnos y ayudar al hombre en alguna subida porque no podía....cuando nos dimos cuenta teníamos un crío subido en la parte trasera preguntándonos el “where are you from”, “whats your name”...así con voz de gremlin...acabamos subiéndolo al carro también porque era para verlo empujar el rickshaw...incluso unos vendedores le dieron unas frutas...
No dejamos que nos llevaran hasta el final, cuando vimos que ya podíamos seguir sin ponernos hasta arriba de agua decidimos pagarles el trayecto entero y les dimos unas propinas.
Llegamos al hotel y nos fuimos a duchar mientras esperamos que la lluvia nos diera un respiro, pero cada dos por tres caía con insistencia...decidimos finalmente desistir y quedarnos en el hotel, subir unas fotillos por internet y cenar en el restaurante del mismo.
Pillamos Pizza de champiñones y Panner Tikka (me estoy aficionando al plato), acompañado de nan de mantequilla e intentamos pedir cerveza, pero aquí en Pushkar está difícil conseguir alcohol...nos dijo el tipo que si le dabamos 10 minutos cogía la moto y nos la iba a buscar...no le hicimos semejante putada al hombre y acompañamos con un par de 7 ups.
La cena buena, la pizza algo extraña pero bien para ir nivelando el nivel de saturación de comida hindú...un par de black teas (495 INR) y nos fuimos a la habitación.
Barajamos la posibilidad de quedarnos un día más en Pushkar para ver el templo y algo mejor los Ghats...pero decidimos que los Ghats los veríamos detenidamente en Benarés y el templo no justificaba una noche más...así que al día siguiente nos marcharíamos a Jaipur, la ciudad rosa.
Un saludo!
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