Actualizamos hoy doble, que hasta Jaipur puede que no pillemos linea...
Nos despertamos cerca de las 6 de la mañana para ver el amanecer en el desierto, digno de ver...el Sol aparecía lentamente mientras se oían toda clase de bichos en la lejanía...es increíble como todo ser viviente detecta que llega el Sol, increíble...el buho dejó paso al sonido de los pavos, hay que ver qué “canto” más raro tienen esos animales.
Levantamos el campamento y regresamos al Mangalam, allí desayunamos té y tostadas y luego dimos una pequeña vuelta por el poblado junto a Musharaa que nos acompañó.
Partimos hacia Jaisalmer por la misma carretera por la que llegamos, bastante bien conservada a pesar de estar en la zona que está (parece que el ejército se encarga de su conservación) y una hora y poco después divisamos por fin el imponente fuerte de la ciudad dorada.
Jaisalmer es preciosa, la torta que te llevas al ver sus muros es bastante considerable...el fuerte está enclavado en la cima de una montaña que se eleva sobre el pueblo. Miles de casas de color dorado rodean sus murallas y cada vez que te acercas aprecias mejor el detalle que tienen sus colmenas, sus ventanales...increíble de verdad.
Mushara nos comentó de ir a un hotel pero estaba algo alejado para nuestro gusto del fuerte, por lo que decidimos probar en un par hasta que finalmente el segundo nos pareció bien y razonable de precio, 600 INR por habitación doble con aire acondicionado y un lavabo correcto.
Una vez instalados nos fuimos a visitar el fuerte. La ciudad se compone de dos zonas (o 3 si contamos el extramuro), una primera zona dentro de la muralla y luego el fuerte, desde el que se accede por una puerta principal a la que le siguen dos más...una vez en el interior apareces en una plaza en la que puedes visitar el palacio o perderte por las callejuelas y ver tiendas, casas, havelís (residencias tradicionales muy ornamentadas) y algún templo de estilo jainista (mármol con un nivel de detalle bastante currado, nos reservamos para Ranakpur, donde dicen están los más impresionantes).
Nos perdimos por las callejuelas y vimos un par de sitios con unas panorámicas de toda la ciudad que nos dejaron ko...nos costó horrores salir de ese cuadro...pero seguimos la marcha por infinidad de calles, tiendas (los vendedores te ofrecen su género pero la verdad es que no son pesados, mucho peor en el Cairo) mientras hacíamos fotos a piñón, uno no se cansa del nivel de detalle que tienen las casas, acojonante.
Decidimos comer en el Trio (bueno, Eli lo escogió de la lista de posibles) y sin complicarnos mucho para buscarlo pillamos un rickshaw, acordamos el precio (30 INR) y nos llevó al sitio...resultó estar a tiro de piedra de nuestro hotel.
El sitio está muy bien, buen servicio y la comida perfecta. Pedimos nam de cebolla (la torta típica de pan rellena de cebolla), pollo especial de la casa con una salsa impronunciable y cuando Eli vio espaguetis a la boloñesa digamos que aprovechó la ocasión para pedirlos...todo estaba muy bueno.
Acompañamos con un par de birras para varias y un té negro riquísimo. 360 INR.
Comentar que los menús se encarecen bastante por pedir cerveza y cosas parecidas, se puede comer tranquilamente por menos de 200 INR, pero sinceramente, el placer de la cerveza fría (además de ir bien para el estómago) para nosotros es impepinable.
Por la tarde decidimos descansa un rato en el hotel para dejar que se fuera ese calor que al medio día se hace bastante agobiante...así que nos fuimos a echarnos y sobre las 18:30 nos fuimos de nuevo al fuerte ya que queríamos hacer fotos con la puesta del Sol en las murallas...he dicho que son acojonantes las vistas? Pues lo son.
Ya de vuelta vimos un garito que rezaba “Little italian”, justo al pasar por la puerta principal del fuerte...nos pareció ver luz en la azotea por lo que decidimos subir a echar un vistazo...en la azotea estaba montado el restaurante con una zona rollo chill out (se escribe así?) y otra normal...lamentablemente la zona de los fumetas estaba ocupada pero las vistas al fuerte estaban muy bien y además, teníamos música ambiente ya que cerca de allí estaban cantando canciones tradicionales con un ritmo muy guapo de timbales...evidentemente el sitio servía comida italiana básicamente por lo que pedimos un par de pizzas, cerveza y té negro. (350 INR)
Tardaron bastante en servirnos pero se estaba muy bien por lo que no nos importó....yo decidí llevarme la pizza que sobró para por si me asaltaban críos por la calle (por la tarde paseando se nos acercaron varios para hacerles fotos y pedían bolis, pero sólo teníamos uno) ofrecerles comida...y sino pues siempre viene bien para el viaje en coche...
Paseamos por las calles, bastante oscuras ya que sobre las 21 se empiezan a apagar los chiringos hasta que dimos con la avenida principal Gadi Sagar y al rato llegamos al hotel...a descansar y mañana hacia Jodhpur.
Un saludo!.
Edición: 03/10/2009, añado el día de Johdpur.
Dormimos bien, uno ya se empieza a acostumbrar a oír mil y un ruidos, además del rumrum del aire acondicionado de la habitación...cualquiera lo apaga, en 5 minutos estás chorreando...
Marchamos hacia Johdpur, unos 360 kilómetros de viaje hacia el sur. De camino vimos una especie de peregrinación, formada por interminables filas de gente, porteando banderas de su región.
Mushara nos explicó que es tradición en agosto recorrer la distancia que hay entre Delhi y Amritsar para llegar a un templo y rezar...algo así como el camino de Santiago pero a lo hindú.
Como muchos no pueden ir a Amritsar, pues hacen el trayecto hacia otro lugar sagrado.
Es bastante acojonante ver como desde niños a ancianos, tullidos e incluso mujeres llevando a recién nacidos en una especie de pañuelo a modo de hamaca cogido por dos...Mushara nos comentó que era típico animarles en el camino, pitando o agitando el brazo...y así lo hicimos...se volvían locos saludando y sonriendo cuando lo hacíamos.
Llegamos a Johdpur sobre las 13h más o menos, directamente accedimos a la ciudad por una carretera que daba al fuerte de Meherangarh y que dejaba la ciudad oculta tras este, rodeado por murallas que nos recordó la Gran muralla China...las vistas de cine...el fuerte está en la cima de una montaña y parece sacado de una película, increíble.
Directamente nos fuimos a visitarlo, en la entrada vendían audio guías (bastante recomendadas, pero preferimos ir consultando la guía). El ticket costaba 350 INR cada uno pero con la jugada student nos salió por 250.
Una vez dentro del fuerte, subimos por una cuesta empinada donde ya pudimos apreciar lo imponente que es, no tanto por sus detalladas tallas (que lo son) sino por unos muros enormes, con ventanales desde donde se divisa toda la ciudad.
Entramos dentro y vimos las estancias, entre los pasillos, hindús tocaban la flauta y alguno estaba con la cachimba haciendo el paripé un poco.
Subimos hacia los extramuros donde varios cañones apuntaban hacia el vacío y desde allí teníamos unas vistas impresionantes de Johdpur. Miles de diminutas casas pintadas de azul le dan a la ciudad un aire así como a la de los cuentos de Ali Ba ba...precioso.
Mientras hacíamos fotos se nos acercaban críos y no tan críos para que les hacháramos una foto, disfrutan como locos y para nada piden propina ni nada parecido, simplemente les gusta, se ríen y salen corriendo.
De camino a Jodhpur pasamos por el templo de Jaswant Thada, completamente hecho en mármol y rodeado de unos pequeños jardines muy bonitos.Justo antes de entrar al templo nos encontramos con un hindú y su hijo que tocaba el Sitar Bathan..para no perder la costumbre cada vez que veo un instrumento (de música) en estos países pues me gusta tocarlo y me lie siguiendo sus instrucciones a intentar tocar lo que pude...al final ya me salía alguna cosilla e improvisaba algún punteo, el sonido es sedante. Para entrar tuvimos que descalzarnos, como en casi todos los templos, la entrada costó 90 INR y disfrutamos de unas vista del fuerte y de la ciudad también muy chulas.
Una vez en Johdpur fuimos a buscar un hotel y finalmente nos quedamos en el Ajit Mansan, algo alejado del centro (10 minutos en rickshaw) pero necesario ya que Johdpur es bastante caótica, llena de ruido, mucha gente...mejor estar algo apartados.
Nos salió la noche por 800 INR y la habitación, pues correcta, sin más.
Dejamos las mochilas y nos fuimos al centro, como no sabíamos cuanto íbamos a tardar, le dijimos a Musha que se fuera donde quisiera y ya nos veríamos en el hotel...el pobre no lo tenia muy claro y cambió de color un par de veces, pero le tranquilizamos diciendo que sabíamos indicarle a algún rickshaw o sino teníamos su teléfono.
Así que nos metimos en la jungla, visitamos la torre del reloj en pleno centro y rodeado por un bazar interminable...huelga decir la de kk que hay en el suelo, basura, vacas, humo, calor...y unos puestos de mil y un colores y olores...nos metimos por las callejuelas malolientes, llenas de charcos y agua negra (pero negra negra)...encantador.
Nos fuimos por el casco antiguo (si cabe más antiguo) y generamos una cola de críos detrás nuestra bastante considerable, les hicimos fotos a tutiplén y bueno...todo Dios diciéndonos “hola”, “where are you from”...
Mirando la guía vimos que el On the Rocks era un sitio bastante recomendable para cenar, así que pillamos un rickshaw que nos llevó por 40 INR al sitio.
El lugar muy bonito, la entrada era un pasaje escarvado en la roca, con una mini cascada a la derecha y vegetación selvática.
Una vez pasado el pasillo llegamos a una terraza con mesas iluminadas desde la parte de abajo y un quinqué con velita, el sitio era bastante bonito.
Cenamos pollo Tikka con verduras y champiñones Tikka, acompañamos con Nan de cebolla, un par ce cervezas y té negro para los dos...total 900 INR, el sitio tenía precios altos (dentro de los precios de la India), pero mereció la pena, todo muy bueno.
Una vez fuera le dijimos a un rickshaw que nos llevara al hotel y llegamos sin problema. Musha volvió a recuperar el color al vernos y quedamos para las 8 al día siguiente.
Aprovechamos que había un ordenador con internet para actualizar y subir unas fotillos de estrangis, ya que había un cartel que prohibía no subir/descargar fotos.
A dormir y mañana hacia Ranakpur.
Un saludo!
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