Cuando pensamos en hacer el viaje en tren por Europa sabíamos que nos encontraríamos con dificultades, que sería duro en cuanto a trajín y que tendríamos que elegir bien qué visitar de cada sitio dado el presupuesto y el tiempo disponible.
Pero sinceramente, apenas hemos tenido dificultades de ningún tipo, siguiendo la regla de reserva de trenes nada más llegar al sitio nuevo, te puedes olvidar bastante de la incertidumbre de disponer de plazas. Trajín si, pero es lógico si se recorren 4700 kilómetros en tren (sin contar metros ni pateadas diarias) con 12 kilos a las espaldas cada uno entre estaciones y trayectos a pie...y, evidentemente, cuando llegas a tu destino no vale el quedarse parado, el tiempo es finito y queríamos visitar muchísimos sitios sin olvidarnos de disfrutar, ya que al fin y al cabo, son vacaciones!
A pesar de estos aspectos hemos disfrutado mucho de la experiencia. Europa no tiene unos cambios tan brutales como China, India o Japón, eso es lógico, Europa basa su fuerza en la historia, la arquitectura, el arte...grandes nombres, grandes batallas, grandes edificios, historia cruel en su mayoría, sangrienta, de sufrimiento y de alegrías.
La gente que pulula por los países que forman Europa se parecen más entre sí de lo que puede parecer a simple vista, lógicamente adaptada a su país y, salvo quizás Hungría, el más novato en cuanto a democracia, la mayoría poseen parecidas inquietudes (a nadie le es ajena la crisis, el empleo, los estudios, el futuro, la tecnología....) con temperamentos templados según su clima (apreciación personal).
Lugares como Berlín o Amsterdam poseen una mentalidad aparentemente más abierta que la nuestra, aunque en Amsterdam advertimos que la juventud (la local por supuesto) no olvida sus orígenes y forma de vivir.
La historia de Europa es enormidad y aparentemente complejidad pero sin olvidar cierta parte de leyenda, pero poca en comparación con los países que hemos visitado hasta ahora. Esto es que en países como Japón o China tienen su historia, en mi opinión bastante "lineal", y luego el componente de leyenda cobra mucha fuerza en lugares remotos y es respetado hasta nuestros días por su gente. Es fácil encontrar, por poner un ejemplo, en China un estanque que según la leyenda se creó por la lágrima de un dragón y del que se erigió un templo.
Lógicamente esto es difícilmente creíble, pero en Asia te puedes encontrar cientos de estos lugares, que le dan un componente de fantasía a los lugares y de misterio muy potente. En Europa esto no sucede ya que todo tiene su placa conmemorativa del suceso real.
Nos ha gustado ver otros países cercanos y poder compararlos con el nuestro, además nos ha servido para completar un poco más nuestra "imagen" global del mundo, de la que poco a poco iré recuperando momentos en forma de fotografías.
De nuevo un saludo y gracias a los lectores y no lectores de tal tochazo. Lamento no haber subido ni una maldita fotografía, pero al escribir el diario y con el cansancio acumulado uno no daba para más.
Un saludo!
Pero sinceramente, apenas hemos tenido dificultades de ningún tipo, siguiendo la regla de reserva de trenes nada más llegar al sitio nuevo, te puedes olvidar bastante de la incertidumbre de disponer de plazas. Trajín si, pero es lógico si se recorren 4700 kilómetros en tren (sin contar metros ni pateadas diarias) con 12 kilos a las espaldas cada uno entre estaciones y trayectos a pie...y, evidentemente, cuando llegas a tu destino no vale el quedarse parado, el tiempo es finito y queríamos visitar muchísimos sitios sin olvidarnos de disfrutar, ya que al fin y al cabo, son vacaciones!
A pesar de estos aspectos hemos disfrutado mucho de la experiencia. Europa no tiene unos cambios tan brutales como China, India o Japón, eso es lógico, Europa basa su fuerza en la historia, la arquitectura, el arte...grandes nombres, grandes batallas, grandes edificios, historia cruel en su mayoría, sangrienta, de sufrimiento y de alegrías.
La gente que pulula por los países que forman Europa se parecen más entre sí de lo que puede parecer a simple vista, lógicamente adaptada a su país y, salvo quizás Hungría, el más novato en cuanto a democracia, la mayoría poseen parecidas inquietudes (a nadie le es ajena la crisis, el empleo, los estudios, el futuro, la tecnología....) con temperamentos templados según su clima (apreciación personal).
Lugares como Berlín o Amsterdam poseen una mentalidad aparentemente más abierta que la nuestra, aunque en Amsterdam advertimos que la juventud (la local por supuesto) no olvida sus orígenes y forma de vivir.
La historia de Europa es enormidad y aparentemente complejidad pero sin olvidar cierta parte de leyenda, pero poca en comparación con los países que hemos visitado hasta ahora. Esto es que en países como Japón o China tienen su historia, en mi opinión bastante "lineal", y luego el componente de leyenda cobra mucha fuerza en lugares remotos y es respetado hasta nuestros días por su gente. Es fácil encontrar, por poner un ejemplo, en China un estanque que según la leyenda se creó por la lágrima de un dragón y del que se erigió un templo.
Lógicamente esto es difícilmente creíble, pero en Asia te puedes encontrar cientos de estos lugares, que le dan un componente de fantasía a los lugares y de misterio muy potente. En Europa esto no sucede ya que todo tiene su placa conmemorativa del suceso real.
Nos ha gustado ver otros países cercanos y poder compararlos con el nuestro, además nos ha servido para completar un poco más nuestra "imagen" global del mundo, de la que poco a poco iré recuperando momentos en forma de fotografías.
De nuevo un saludo y gracias a los lectores y no lectores de tal tochazo. Lamento no haber subido ni una maldita fotografía, pero al escribir el diario y con el cansancio acumulado uno no daba para más.
Un saludo!
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