Darren Aronofsky cambia totalmente de registro con esta historia en la que nos cuenta el declive de una vieja gloria del wrestling Randy "The Ram" Robinson.
Durante casi 2 horas se nos irá introduciendo poco a poco a un personaje castigado que no sabe hacer otra cosa que salir al ring y darlo todo por su pasión, sacrificando su vida personal y quedando anclado en otros tiempos gloriosos ya pasados.
Mickey Rourke interpreta magníficamente a Randy "The Ram" en un papel hecho a su medida. Y es que unido a su aspecto ya de por sí castigado tenemos a un tipo bebedor, que no controla sus excesos y que vive al límite de sus posibilidades aun sabiendo que que la suerte no le acompañará durante demasiado tiempo.
La cinta está llevada con muy buen pulso y poco a poco vamos conectando con el personaje protagonista y con unos secundarios como Marisa Tomey muy potente que interpreta a una estreaper también en declive.
El mundo del wrestling se nos muestra por dentro, como si de una obra de teatro y sus actores se tratara, entresijos de este mundo que consiguen entretener unido a escenas emocionales muy conseguidas, como cierto encuentro entre Randy y su hija.
Melancolía, lástima y honor en un film que no deja indiferente del director de Réquiem por un sueño y The fountain.
PD: Next Week, Gran Torino.
Un saludo!.
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