Debido al ruido generado y con la amenaza de que en algún tuit o artículo me jodieran alguna parte de esta pequeña serie de ocho capítulos, me decidí a ponerle remedio a lo que casi de forma unánime se conoce como uno de los bombazos de este año por parte de la HBO.
Cuando se genera tanto alboroto es poco probable que el producto sea basura, ya seas un entendido en la materia o simplemente espectador, si una cosa está bien parida es muy probable que acabe triunfando, y eso que a nivel de marketing no es que hayan promocionado en exceso la serie, veremos cuando llegue a la televisión en abierto.
Pues bien, es cojonuda, y por varios motivos.
Ambientada en las costas de Luisiana y con un toque salvaje, dramático y pesimista, True Detective nos cuenta el caso de un asesino en serie investigado por un par de detectives de personalidades muy distintas.
Vamos a empezar por la fantástica cabecera, imposible desconectar de forma alguna del magnífico trabajo realizado con el tema Far From Any Road de The Handsome Family, cuyo álbum Singin Bones merece más de una escucha, aunque el tema estrella se lleva la palma, pero 24-Hour Store o The Bottomless Hole tampoco se quedan atrás.
Con el eco del "And rise with me forever.." todavía pululando por nuestras cabezas comienza el tortuoso camino que la pareja emprende para desenmarañar ese caso que parece tocado por el mismísimo Diablo y que llevará al límite las vidas del "conservador" Marty, interpretado por Woody Harrelson y del ecléctico Rust, con un, de nuevo, Matthew McConaughey que lleva un año en el que debe haber tomado algo así como jalea real o haber hablado con quién debía, el caso es que de momento se ha destapado como un portento de la actuación en su breve pero destacadísima aparición en El Lobo de Wall Street, o en la que le valió el Oscar como mejor actor, Dallas Buyers Club, y ahora esta True Detective. Realizando ese papel de personaje que estás esperando en todo momento que aparezca para dar su peculiar visión, ya sea del caso, de la vida o del tiempo que hace, ya que de todo se puede sacar una interesante lectura, aunque no lo sea, y eso no deja de ser de por sí loable al conseguir ese grado de conexión con el espectador.
La progresión de su relación, con las salpicaduras inevitables de sus dramas personales, terminan por formar una historia de corte pausado pero dinámica, sin prisa pero sin dejar de sorprender, entre otras cosas por jugar con el tiempo de forma muy acertada, dejando entrever el camino que seguirá la historia pero sin dejar de añadir dudas, posibilidades, personajes y maldades que no nos dan respiro hasta que llega su final, un final que, si bien no cierra totalmente todos esos flecos que ha ido dejando por el camino, sí que forma un círculo sólido y del que si pensamos detenidamente, incluso esa imperfección da como resultado una historia más orgánica y de carácter más realista, resultando al fin y al cabo más honesta consigo misma.
Pros: La pareja protagonista probablemente sea de lo mejor que se ha llevado a la "pequeña" pantalla. La banda sonora de la serie merece mucho la pena y la fotografía de algunos paisajes sureños son brutales.
Contras: Su final está muy bien, pero tiene cabida como crítica su conformidad en cuanto a algunos aspectos, pero se hace difícil molestarse por ello, bajo mi punto de vista.
Un saludo.
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