Clint Eastwood vuelve a la carga con este biopic sobre la figura de John Edgar Hoover, creador de lo que hoy se conoce como FBI.
La cinta arranca sobre el 1919 con un joven Hoover que se descubre como un adelantado a su tiempo y que tras escalar puestos de forma significativa desde que ingresara en el Departamento de Justicia consigue revolucionar un sistema desfasado y corrupto.
Durante poco más de dos horas, Eastwood consigue acercarnos los detalles históricos que rodearon la figura de tan singular personaje, no pretendiendo dar clases de historia, pero sí adornándola con esos pequeños detalles que vuelven el contenido más interesante y que dejan un buen sabor de boca al finalizar.
No hay que olvidar que aquí de lo que se trata es de mostrar el perfil de un personaje muy complejo, y creo que Eastwood lo consigue con nota, aunque no hay que quitarle mérito a un Di Caprio que vuelve a bordarlo en otro papel, como ya hiciera en El Aviador, Gangs o Shutter Island entre otras.
Sin duda, tamaña hazaña no está desprovista de fallos, que son precisamente achacados a su duración, por un lado sufre de algún momento en la que le falta algo de ritmo y, curiosamente, por el otro tenemos la sensación de que abarca demasiados frentes con lo que es fácil caer en cierta desorientación si tenemos el día flojo o incluso podemos decir que se deja algunos aspectos sin desarrollar como es debido.
Personalmente, creo que lo que cuenta lo cuenta de forma muy sólida, con un material nada sencillo y del que el director sabe sacar esas luces y sombras que tanto le gustan como ha comentado alguna vez y de la que hace gala en una fotografía de nuevo fantástica.
Un saludo!
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