Shane Black, el tipo que contaba el chiste "del
eco" en Depredador se mete de nuevo a dirigir tras Kiss Kiss Bang Bang,
cinta que a mí personalmente no me produjo ni frío ni calor, la nueva entrega
del único súper héroe que congrega por partes iguales a los que lo prefieren
embutido de héroe o en su forma "humana".
Robert Downey Jr. sin duda se ha hecho con el personaje como
ya lo hiciera Hugh Jackman con Lobezno, para que Stark funcione debe ir
acompañado por esa mezcla de dandy bebedor de cubatas de cuello rojizo sin
tripa cervecera con la capacidad de poner ojos de cordero degollado.
Así que en esta tercera parte y tras mostrar peleas mil, los
típicos malotes y los amoríos de turno, pues toca llevar al límite de sus
capacidades más humanas al protagonista, lo típico, vamos.
Una nueva amenaza, encarnada por El Mandarín, una suerte de
Bin Laden con la cara de Ben Kingsley, pone en aprietos al gobierno de EEUU y
Stark, desposeído de su armadura por una serie de acontecimientos, deberá
arreglárselas por sus propios medios para volver y poner orden.
Sin duda, la primera parte, la más fresca de todas continua
siendo la referencia de la saga. Tras una segunda algo irregular que al parecer
incluso se llegó a empezar a rodar sin tener acabada la historia, de ahí esa
extraña resolución y falta de ritmo que sufre por momentos el título de
Fovreau, llega esta tercera en el que se aprecian escenas realmente inspiradas
y en la que por momentos, sobre todo en sus minutos iniciales y gracias a algún
que otro giro que como mínimo arranca una sonrisa, el título parece prometer.
La factura técnica sigue siendo impresionante, en especial
las dos mega-escenas de acción pura, hablo del momento casa Stark y de la lucha
final, dos escenas de una dinámica muy a lo Uncharted de playstation 3 aunque
con una definición algo pobre en la segunda a la hora de seguir la acción.
Añadiría una tercera, la escena del avión, uno de esos momentos que tanto
gustan en el cine tipo Spidey y el vagón de metro o Superman salvando a los
escolares.
No hablo de seguir exprimiendo la maldita frase, pero evolucionar en esa tónica dada la naturaleza del personaje sería lo que finalmente sorprendería al espectador. En lugar de eso, aunque por otro lado lógico siendo sincero, se ha optado por la línea continuista y segura, el valor riesgo cero salpicado por momentos Tony Stark para que no todo parezca más de lo mismo.
Juntemos cierta conexión emocional con la cinta de los Vengadores y tenemos un intendo de dar cierta profundidad añadida a un personaje que a mí personalmente, me parece algo floja.
A pesar de todo, creo que como cinta de entretenimiento cumple, con algún que otro momento en el que se resiente el ritmo y en los que si te pilla el día flojo puede que no acaben de convencerte ciertos detalles. Pero si sabes discernir entre cuando ves el Padrino y a un tipo con armadura que vuela, cada uno dominador de su mundo, pues probablemente incluso disfrutes.
Un saludo!
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