18 de diciembre de 2015

Star Wars - Episodio VII. El despertar de la Fuerza

Son tantas las secuencias, los momentos épicos y el culto que se les profesa a las cintas clásicas de Star Wars, que probablemente ese nivel de exigencia jamás sea alcanzado por mucha trilogía nueva que llegue a estrenarse para los que mamamos desde muy pequeños las aventuras de Luke y compañía.
Es muy complicado transmitir esa sensación que puede provocar ciertas escenas debido a una conexión emocional fraguada durante tantos años.

Así que para los fans más acérrimos, a la pregunta de si está a la altura del universo Star Wars, la respuesta es rotundamente sí. Y como producto de entretenimiento para el espectador no familiarizado con este mundillo, cumple de sobras con su cometido.



Ha pasado tiempo desde la batalla de Endor, donde se puso fin al régimen opresor que controlaba la galaxia.
En un universo con evidentes signos de desgaste, una nueva fuerza militar, aprovechando los resquicios de ese imperio, pretende hacerse con el poder de nuevo.

Con un inicio made in JJ Abrams, pero sin llegar al nivel de epicidad del reboot de Star Trek 11, este nuevo episodio mima con tacto al fiel seguidor de la saga mientras introduce poco a poco elementos clásicos para conformar una historia cuyo esqueleto es prácticamente una condensación de los episodios IV, V y VI.
Esa estructura se ve potenciada con un muy buen ritmo, unos toques de humor acertados y por algunos momentos que son un regalo para el fan, con algún giro que dejará tocado a más de uno.


Abrams introduce además una serie de personajes nuevos cuyo eje central más llamativo se representa en forma del caballero oscuro de turno, como ya sucedía en parte en los "nuevos" episodios, cuya intención, además de darle a la saga una figura lo más cercana al villano por excelencia, es la de potenciar un elemento que siempre ha funcionado tremendamente bien, la del misterio alrededor de esos personajes, sus tragedias personales y dotarles de un futuro incierto lleno de aventuras, miedo, dudas, esperanza y esa débil línea que separa la luz de la oscuridad.

El director presenta una nueva historia que encaja perfectamente, reiniciando los engranajes y ofreciendo un tentador abanico de posibilidades, si a esto le añadimos que todavía quedan 2 cintas por estrenar para poder retorcer la historia y dar rienda suelta a esos característicos cliffhangers, el resultado se traduce en ganas de más, de mucho más.

Mucha acción, droides, momentos emotivos, una fotografía muy agradecida, como esos destructores enterrados en el desierto, toques de humor unido a cierta humanización de sus personajes, en especial a las tropas de asalto e incluso el villano principal, sin olvidar esas melodías tan características que nos pondrán tiernos cuando deben.

No debe relajarse el bueno de JJ, no obstante, pues se percibe también ciertas dudas a la hora de arriesgar, centrándose en una historia que en ocasiones va demasiado en paralelo con las clásicas, aunque esto no sea necesariamente un error.

Así que sí, la leyenda sale bastante revitalizada con esta nueva y digna entrega que formará un tándem fantástico con la trilogía clásica.

Un saludo.

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