Del director ecuatoriano Sebastián Cordero llega esta cinta de ciencia ficción rodada a lo documental falso (o found footage, que mola más) y que narra el periplo de un grupo de astronautas enviados a la luna de Europa en Júpiter para demostrar de una vez por todas si hay vida bajo las capas de hielo de su superficie.
Veamos, este es uno de esos títulos en el que es mejor cumplir una serie de requisitos para poder disfrutar plenamente de la experiencia. Por un lado se debe sentir cierta fascinación por el mero hecho de descubrir algo realmente importante para la humanidad como es el saber si existe vida fuera de nuestro planeta. Por el otro se debe entender que no necesariamente vamos a ver rayos láser, misiones imposibles y la típica escena en el que el prota se besa con la chica mientras todo se va al garete.
En su lugar, se debe disfrutar con un plano estático de un mundo totalmente desconocido, de lo inmensamente frágil que resultamos en un ambiente hostil y de cómo se las arregla el ser humano para lidiar con ello.
Si pasamos esa barrera el producto resulta totalmente recomendable y una sorpresa para los que no esperábamos demasiado de una cinta casi con la etiqueta del mercado doméstico más que para las grandes salas. Cosa que desconozco, no sé si ni siquiera se ha llegado a estrenar en salas, por lo menos en nuestro país.
El sistema de falso documental funciona, justificadísimo dentro de la trama principal y con un empleo fantástico en los momentos que lo requieren, mostrando de forma certera la acción y manteniendo el interés sin apenas bajar el ritmo. Cierto es que a mí este tipo de cintas me encantan, pero cuando el título resulta un ladrillo no tengo reparos en decirlo, y aquí como digo la fórmula funciona.
Por otro lado, también esperaba ver un grupo de actores de aquellos digamos...justitos, pues no, tenemos un elenco que funciona perfectamente, con nombres reconocidos como Michael Nyqvist, famoso entre otras por su papel en la versión original de la trilogía Millenium o Sharlto Copley al que pudimos ver en la magnífica District 9, en Elysium y próximamente en Maléfica, una revisión aparentemente a lo dark side de La Bella durmiente.
Todos resultan creíbles y realizan perfectamente el papel, sin excesos ni momentos memorables, sin escenas ridículas y manteniendo el tipo en todo momento.
Y llegados al apartado técnico, una producción de 10 kilos ambientada en el espacio debe gestionar muy bien los recursos, pero por otro lado a todo amante de la ciencia ficción (y al público en general) debes regalarle algún momento para que se vaya contento al catre y aquí podemos decir que hay más de uno.
Si bien al principio puede llevar al engaño, con alguna escena en la que parece que intentan obviar la gravedad cero para ahorrar en gastos, poco después nos llevan la contraria y de forma concisa y elegante se nos muestra ese entorno frío y oscuro que es el espacio de forma más que respetable, incluso con alguna escena que recordará, salvando las distancias, a la todopoderosa Gravity. Con sus puntitos de tensión incluidos, y ya digo que hay unos cuantos, con lo que el entretenimiento en mi opinión está asegurado.
Y no debemos olvidar el sonido, importantísimo en este tipo de cintas y que debe resultar inquietante, respetuoso con el medio en el que se ambienta y contundente cuando lo requiere. Pues bien, aquí las partituras corren a cargo de Bear McCreary, cuyo nombre igual a algunos puede que no les suene pero que a mí fue una de las cosas que me lanzaron a ver el título, ya que es el encargado de ponerle la música a series como Galáctica o a una de zombis que se lleva ahora mucho, The Walking Dead.
Leyendo este crítica parece que la cinta deba ir directamente a los Óscar, nada más lejos de la realidad. Hay que valorar el título como lo que es, y es una muy respetable cinta de ciencia ficción, sin un presupuesto desorbitado que consigue mantenernos interesados en gran parte del metraje, pero que perfectamente puede hacer huir al espectador más ávido de emociones fuertes y de una mayor espectacularidad. Quizás acabaría antes esta explicación comparándola, aunque las comparaciones son odiosas, con Gravity de Alfonso Cuarón, donde se junta poderío visual, ritmo, interpretación, sonido, música...o con Moon, otra de esencia parecida pero quizás más agradable para un público más global.
Pero dada su naturaleza con algún toque más de terror y de ficción que de ciencia, no puedo más que recomendar un título muy generoso para los amantes del género.
Pros: Juega muy bien sus cartas en cuanto a ritmo, nivel técnico e interpretaciones.
Contras: No es Armageddon, ni Gravity, ni Moon ni Alien.
Un saludo.
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