Está claro que a Debra Granik, directora de la cinta, parecen gustarle las historias de superación en el medio más hostil posible, ya que su anterior cinta "Down to the Bone", versa sobre un tema parecido en otro contexto evidentemente.
Winter's Bone nos pone en la piel de Ree, una chica de 17 años que vive con su madre y dos hermanos de los que se hace cargo dado el estado mental de su progenitora. Su padre, un traficante, está desaparecido de la ley y si no se presenta a un juicio serán embargados de su propiedad.
Ree no se quedará de brazos cruzados y es el punto de partida de una historia soberbia, con una atmósfera acojonante, llena de personajes a cada cual más poderoso y con un fondo muy oscuro, depravado y con unos valores que se escapan de la comprensión de cualquier persona de "bien".
Winter's Bone posee reglas propias, un código interno en la cinta impreso en las relaciones de sus personajes que estremecen, pero que se entienden mientras avanza la película, las entiendes junto a ellos y convives especulando sobre posibles soluciones o actos.
Esto provoca una tensión continua que no decae en ningún momento gracias en parte al buen pulso de Debra para narrar y mostrarnos los sucesos de un pueblo que parece haber sido sacado de una pesadilla de Silent Hill o de algún fotograma perdido de "The Road" y de una Jennifer Lawrence que lo hace realmente bien en su papel de Ree pero, sobretodo, por un John Hawkes como Teardrop que sin tener excesivas escenas de lucimiento personal, atraviesa la pantalla para dejarnos sin aliento.
Peliculón.
Un saludo!.
Winter's Bone nos pone en la piel de Ree, una chica de 17 años que vive con su madre y dos hermanos de los que se hace cargo dado el estado mental de su progenitora. Su padre, un traficante, está desaparecido de la ley y si no se presenta a un juicio serán embargados de su propiedad.
Ree no se quedará de brazos cruzados y es el punto de partida de una historia soberbia, con una atmósfera acojonante, llena de personajes a cada cual más poderoso y con un fondo muy oscuro, depravado y con unos valores que se escapan de la comprensión de cualquier persona de "bien".
Winter's Bone posee reglas propias, un código interno en la cinta impreso en las relaciones de sus personajes que estremecen, pero que se entienden mientras avanza la película, las entiendes junto a ellos y convives especulando sobre posibles soluciones o actos.
Esto provoca una tensión continua que no decae en ningún momento gracias en parte al buen pulso de Debra para narrar y mostrarnos los sucesos de un pueblo que parece haber sido sacado de una pesadilla de Silent Hill o de algún fotograma perdido de "The Road" y de una Jennifer Lawrence que lo hace realmente bien en su papel de Ree pero, sobretodo, por un John Hawkes como Teardrop que sin tener excesivas escenas de lucimiento personal, atraviesa la pantalla para dejarnos sin aliento.
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