Cogimos un tren en mitad de la nada, sólo teníamos una maltrecha guía sobre un país que cambiaba por cada minuto que pasaba y la promesa de un tipo vestido de blanco...
Miradas extrañas se cruzaban con las nuestras mientras el traquetreo del destartalado vagón continuaba hacia su destino...bebí un trago de agua caliente y alcé la vista, cualquier sentimiento de miedo o duda desapareció al instante...
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