Parece increíble que sepa reinventarse, pero esto es lo que vuelve a conseguir con un proyecto a priori "sencillo", tan simple como contar la historia de una familia que se muda de una ciudad a otra, pero el foco no estaba únicamente centrado en el drama familiar, sino que alguien pensó en retratar esa montaña rusa de emociones desde dentro, desde las propias emociones de la protagonista, convirtiendo un proyecto "simple" en algo, sencillamente, titánico.
Es cierto que en, por ejemplo, Toy Story, ya habíamos apreciado esa posible pérdida del eslabón que une la niñez con la adolescencia y a su vez con la edad adulta, mediante esos personajes que acompañan a los más pequeños de la casa en sus aventuras imaginarias y que ayudan a no perder esa chispa y vitalidad tan características, pero desde luego el enfoque en esta última cinta consigue enfatizar esos aspectos que allí quedaban ocultos, sin necesidad de cimentar la historia sobre baqueros, astronautas o Mr. Potatos, sino sencillamente mediante escenificaciones de su propio ser, como son la alegría, la ira, el asco, el miedo y la tristeza, amparados en el escenario más fascinante que pueda existir, nuestro cerebro, o el alma para los más bohemios.
Este escenario, se convierte en todo un caldo de cultivo donde tienen cabida infinidad de posibilidades, desde un prisma imaginario que los adultos son incapaces ya de recordar pero que en algún momento fue parte de su vida y cuya justificación que magníficamente retratada durante la historia.
Sin olvidar la trama, digamos "real", que sirve de hilo conductor y que regala algunos momentos sencillamente magistrales, a la altura de los mejores dramas. En especial el cierre, con una potencia emocional que traspasa la animación y casi se convierte en realidad.
Sin olvidar la trama, digamos "real", que sirve de hilo conductor y que regala algunos momentos sencillamente magistrales, a la altura de los mejores dramas. En especial el cierre, con una potencia emocional que traspasa la animación y casi se convierte en realidad.
Poco o nada malo se puede decir de ella, quizás a alguno le parezca demasiado simplista al reducir a un puñado de emociones la personalidad de un ser humano, o de presentar una familia ciertamente estereotipada, incluso alguno puede alarmarse por la imagen que se da sobre una ciudad como San Francisco, que parece perder por goleada frente a Minnesota por exigencias de guión, pero lo cierto es que también se puede alabar su capacidad para simplificar algo tan inabarcable como puede ser la mente humana durante un periodo de tiempo en el que se debe acostumbrar a un cambio importante que trastoca su hábitat, amistades y que le lleva a una dimensión de responsabilidades hasta entonces desconocidas.
Concentrar todo en una historia que fluya, entretenga y cierre de la forma en que lo hace, quizás deba ser suficiente para reconocer que es una verdadera obra maestra del cine animado.
Un saludo.
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