Jennifer Kent debuta con un sorprendente thriller de terror en mitad de un panorama que últimamente nos deja algunas propuestas muy interesantes como son Oculus o las obras del ya asentado como uno de los más interesantes exponentes del género, James Wan.
Amelia es una viuda que vive con su único hijo, un mocoso algo hiperactivo y que para más inri comienza a sentir la presencia de un ente maligno a raíz de la lectura de un cuento llamado "El Babadook".
Lo que aparentemente podría tratarse de la típica cinta con la madre coraje, incomprendida por todos y que lucha en solitario contra los incrédulos o del típico niño en parecida situación, Babadook construye de forma sutil un perfil psicológico sobre sus protagonistas que se funden con la vida misma para ensalzar esa parte psicópata del ser humano. Potenciado por la parte fantástica se permite elevar el juego con el espectador para crear desconcierto y aumentar sus posibilidades como entretenimiento.
Con alguna que otra referencia al cine reciente ya indicado e incluso flirteando con verdaderos clásicos como El resplandor en su vertiente más psicológica, aunque salvando las distancias del monstruo de Kubrick, The Babadook avanza con buen pulso y haciendo uso de los limitados recursos con los que contaba la directora, sumando puntos en esta original propuesta que deja un muy buen sabor de boca una vez finaliza, entre otras cosas por el fantástico trabajo de los dos protagonistas y por, una vez más, la buena dosificación de los elementos sobrenaturales.
Todas estas bondades se traduce en una curva interesante para construir el suspense mientras crece esa sensación de terror oculto en las sombras como ya pasara en Insidious, aunque ciertamente cuando toca sacar músculo en el apartado técnico, los efectos visuales se resienten en cierta medida y es una pena que el espectador pueda calificarla de producto de segunda por estos detalles, en lugar de disfrutar de su genial propuesta. A pesar de todo, deja grabadas en la memoria algunas escenas por su impacto sonoro/visual.
Bajo mi punto de vista, construye tan bien esa simbiosis entre el mal, sus vidas y los personajes, que francamente, poco importan esos puntos débiles.
Un saludo.
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