Nadie a quien reprochar nada...nada por lo que preguntarse el porqué de las cosas.
Como una broma que no sabes quién te gastó, pesada y dolorosa, que llegó sin preguntar ni apuntar a nadie en concreto, simplemente te tocó por encontrarte en su camino.
Estaba en el contrato de la vida, un acto inexplicable.
Como una broma que no sabes quién te gastó, pesada y dolorosa, que llegó sin preguntar ni apuntar a nadie en concreto, simplemente te tocó por encontrarte en su camino.
Estaba en el contrato de la vida, un acto inexplicable.
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