Fabulosa.
Tarantino nos presenta una historia fictícia en la que un grupo de soldados judíos americanos se toman la guerra contra los nazis por su cuenta, con muy malas pulgas y sin las típicas reglas en cuanto a digamos, saber estar o no llamar la atención.
La historia llama la atención nada más oirla, pero claro, sabiendo que detrás del proyecto se encuentra Quentin Tarantino y que le acompaña un Brad Pitt más cabronazo que nunca uno no puede más que frotarse las manos y rezar por que no quede todo en saco roto, y no queda.
Inglorious Basterds es plástica, desde sus brutales comienzos pasando por escenas de puro pulso cinematográfico hasta la más desenfrenada casquería y momentos de locura.
Y es que si en algo se caracterizan las historias de Tarantino es en que todo puede pasar antes, durante y después de los diálogos entre sus personajes, como en ese estupendo comienzo en la granja de LaPadite, con una conversación tensa, fantástica en cuanto a contenido y todo un ejercicio de psicología que consigue que llegado a un punto el espectador titubee como lo hace su mismo protagonista.
Cierto es que la peli pierde algo de fuelle durante su mitad, y pasan unos momentos en los que la grandísima espectación generada durante su comienzo hace que tengamos el listón demasiado alto, pero una vez acabada uno aprecia cada momento y cada pieza que se coloca en la historia para que podamos ver ese final enfermizo pero con tantísima clase a la vez.
Mención especial a Christoph Waltz como coronel Landa, cada vez que aparece consigue que mantengamos la respiración, es el puto Poirot nazi por excelencia y desde ya todo un clásico en cuanto a interpretación.
También destacar la banda sonora (bueno, como casi siempre me he encontrado en las pelis de Tarantino), fantástica, con un Morricone inspiradísimo y bueno, algunas escenas bellísimas adornadas con esos toques a lo espaguetti western que tanto me gustan.
Realmente cuesta encontrarle algo malo a la cinta, quizás lo comentado anteriormente de su hemisferio (algunos lo sentirán más que otros) y, por ponerse quisquillosos, el doblaje...se nota que es una peli para ver si es posible en versión original, dado los distintos acentos y el juego de palabras que utilizan en muchas ocasiones (por no decir la escena de los "italianos", tremenda)....de todas formas es de esas que estás deseando volver a ver para sacarle más jugo todavía, ya que es prácticamente imposible caer en todos y cada uno de los meticulosos detalles que tiene esta, para mí, obra maestra.
Muy recomendable, un saludo!
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