13 de agosto de 2015

Extinction

Mathew Fox vuelve de la isla de Perdidos para protagonizar junto a Jeffrey Donovan y Quinn McColgan una nueva cinta post-apocalíptica basada en la novela de Juan de Dios Garduño y dirigida por Miguel Angel Vivas en la que el virus de turno amenaza con acabar con gran parte de la población mundial.


La historia comienza en un convoy de autobuses que transporta a un grupo de supervivientes a lo que parece ser  una zona controlada, con tan mala suerte de sufrir un percance y complicarse un poco el viaje.

Extinction nace como una cinta que bien podría ser una mezcla de otras obras como 28 días después o The Walking Dead, con una vertiente más enfocada hacia el drama que no a la acción o la casquería pura y dura.

Tras los primeros e intensos minutos, la cinta da un salto en el futuro para mostrar un mundo helado, en el que aparentemente ya no hay peligro por parte de los zombis debido a las extremas temperaturas y donde la supervivencia por buscar alimentos pasa a un primer plano.
Es en este ambiente en el que sitúa al trío protagonista principal y del que poco a poco se va desgranando su historia y lamentablemente donde todo comienza a naufragar.

Si bien el tono es correcto durante su primera mitad, con un ritmo pausado pero que mantiene el interés por conocer la historia y con una factura que cumple, sobre todo teniendo en cuenta su presupuesto, es en su segunda mitad donde muestra sus cartas y donde no sabe sorprender, donde no sabe escapar de infinidad de clichés, de personajes metidos con calzador, como el de Clara Lago, de alguna escena cuya fotografía es buena pero que no se muestran naturales y donde huye de ese tono dramático para terminar en un cierre muy flojo en líneas generales.
En dicho camino también se olvidan elementos del clásico "survival", pues la sensación se diluye hasta casi desaparecer.

A estas alturas de la película, en mi opinión o bien construyes algo sólido y fiel de espíritu o bien debes sorprender con algo rompedor o que como mínimo sea llamativo.
Depender del clásico drama amoroso mezclado con rencor y culpa salpicado con algunas escenas de acción en poco menos de 2 horas es algo muy temerario con el parque actual de productos de este tipo, donde se ofrece eso y más de forma dosificada en series o donde tenemos cintas que ya han explorado estos terrenos cada una a su manera, en las que si juntamos contenidos viene a ser más de lo mismo en la cinta que nos ocupa.

Un saludo.

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