El genuino Wes Anderson se sacó de la manga allá por 2004 una historia que pretendía inspirarse en la figura de Jacques Cousteau bajo su punto de vista particular y con cierto toque de aventura.
Para ello se rodeó de los colegas habituales y puso al frente de la expedición a Bill Murray, como Steve Zissou, un oceanógrafo al que la fama le hastía pero que por otro lado le permite realizar sus proyectos más inverosímiles.
Con el ritmo habitual del director y bajo ese punto de vista entre el imaginario a modo de cuento mezclado con unos personajes particularmente especiales y con perfiles definidos entre el extremo más humano y la fantasía pura, se nos introduce en ese universo tan particular, donde la vida tal y como la conocemos pone el escenario pero donde las historias y los personajes viven aventuras bajo un telón visual cercano al kitchs o al pop electrónico más casposo.
Ciertamente la historia puede no decirle absolutamente nada a gran parte del público, no es una cinta que goce excesivamente de un gran atractivo para el que esté muy acostumbrado a las tramas de rail, por decirlo de alguna manera, pero si se supera esa barrera es posible encontrar más humanidad de lo que parece, cierto mensaje bonachón e incluso soltar más de una carcajada con la simple presencia de un hombre nació para esto, Bill Murray.
Pocos actores pueden provocarte una sonrisa simplemente con mantener la mirada, y uno de ellos sin duda es Murray, el cual realiza un papel que sin grandes estridencias consigue conectar y llevar a buen puerto una historia que de cualquier otra forma habría naufragado estrepitosamente.
Un saludo.
27 de octubre de 2014
25 de octubre de 2014
Too Sick To Pray
Too Sick To Pray - Alabama 3
Fotografía/Edición: Fran Martínez - Modelo: Nancy Thomson - Vestuario: El Costurero Real - Maquillaje/Peluquería: Sux Make Ups!
20 de octubre de 2014
Stockholm
Rodrigo Sorogoyen nos sitúa en la noche de una ciudad cualquiera en la que dos jóvenes se conocen y comenzarán un juego de seducciones.
Con dos partes bien diferenciadas, la cinta de Stockholm pretende ahondar desde una visión particular pero sin alejarse de la esencia del síndrome en la relación de los dos muchachos y en la causa reacción de determinadas acciones.
Rodada con buen pulso, gracias a la complicidad entre los dos protagonistas que en mi opinión consiguen que conectemos bien con la historia, que fluye con gracia y poco a poco nos va asfixiando en su segunda mitad, en la que muestra sus cartas para comenzar la verdadera naturaleza del meollo. Destacando el magnífico corte intermedio, con una escena muy agradecida de cara al espectador.
No es que sea una grandísima cinta, pero utiliza de forma más que convincente sus recursos narrativos, el espacio e implementa de forma sutil algo que puede ser totalmente plausible en nuestras vidas.
Esto no quita que determinadas situaciones, e incluso que la propia concepción de la historia no tenga cierto deje maniqueo u orquestado, incluso en ocasiones poco inspirada o demasiado inocente, como la escenita de la llamada a la mami y las pastillitas...
Pero en mi opinión son detalles menores de una cinta que se deja ver y que está contada de forma muy convincente.
Pros: Engancha.
Contras: Alguna carencia interpretativa o cierta bipolaridad en determinados momentos demasiado simplona o alejada del tono general.
Un saludo.
Con dos partes bien diferenciadas, la cinta de Stockholm pretende ahondar desde una visión particular pero sin alejarse de la esencia del síndrome en la relación de los dos muchachos y en la causa reacción de determinadas acciones.
Rodada con buen pulso, gracias a la complicidad entre los dos protagonistas que en mi opinión consiguen que conectemos bien con la historia, que fluye con gracia y poco a poco nos va asfixiando en su segunda mitad, en la que muestra sus cartas para comenzar la verdadera naturaleza del meollo. Destacando el magnífico corte intermedio, con una escena muy agradecida de cara al espectador.
No es que sea una grandísima cinta, pero utiliza de forma más que convincente sus recursos narrativos, el espacio e implementa de forma sutil algo que puede ser totalmente plausible en nuestras vidas.
Esto no quita que determinadas situaciones, e incluso que la propia concepción de la historia no tenga cierto deje maniqueo u orquestado, incluso en ocasiones poco inspirada o demasiado inocente, como la escenita de la llamada a la mami y las pastillitas...
Pero en mi opinión son detalles menores de una cinta que se deja ver y que está contada de forma muy convincente.
Pros: Engancha.
Contras: Alguna carencia interpretativa o cierta bipolaridad en determinados momentos demasiado simplona o alejada del tono general.
Un saludo.
12 de octubre de 2014
Boyhood
Boyhood es un "experimento" llevado a cabo por Richard Linklater, director de la trilogía "Antes de..." entre otras. En él seguimos la historia de una familia americana cualquiera a través de los ojos de un chaval llamado Mason durante aproximadamente 12 años, la particularidad del asunto es que veremos envejecer a todo el reparto ya que mantiene a los mismos actores durante todo ese tiempo.
Linklater pretende rodar con la mayor naturalidad posible una historia mundana, de personas, intentando recuperar de cada época una serie de detalles que la hagan destacar y atractiva de cara al espectador sin olvidar que sus personajes son el mayor valor de la cinta, profundizando una y otra vez en sus vidas para mostrarlas como si de una suerte de documental se tratase.
En este camino, el director no puede dejar el destino de la obra en manos de casualidad, es por esto que introduce ciertos elementos atractivos para formar una pseudo-trama sin que se alejen del carácter humano y del día a día que se pretende mostrar. Es de agradecer, no obstante, que no utilice recursos exagerados para el cometido, teniendo más mérito si cabe.
Así tenemos una serie de acontecimientos dramáticos, otros en clave de humor y en definitiva, elementos que harán que no nos olvidemos que al fin y al cabo es una película. Es aquí donde la fluidez en la narrativa, ciertos recursos visuales y el magnífico trabajo de los actores la harán destacar por encima de otras propuestas.
Para los que piensen en obras similares como la reciente "El árbol de la vida", y sientan pavor, decir que Boyhood se mueve por caminos mucho más "terrenales" que la obra de Malick, mucho más onírica en algunos momentos y más centrada en otro tipo de narrativa.
No llega quizás a tal nivel de meticulosa exigencia en cuanto a fotografía, pero recalco que bajo mi punto de vista no es una obra que pretenda ser digamos contemplativa ni que quiera transmitir a través de cierto poderío visual gran parte de su mensaje, a pesar de que proyecta su amor a la fotografía a través del chaval, pero no lo considero su recurso principal. La fuerza de Boyhood son sus personajes y esa ventana a la vida tal y como la conocen la gran mayoría, sin necesidad de elevarnos a estados de nirvana para entender lo que significa el amor o la pérdida.
Resulta estimulante contemplar las distintas etapas del chaval, con ese moldeado de personalidad tan interesante y del que se pueden rescatar multitud de detalles e incluso es posible que veamos reflejados algunos aspectos en nuestras propias vidas. Asistimos también a todo un visionado de la vida americana en esa década, y de cómo ven ellos mismos ciertos aspectos como la religión, la familia o la política. Todo ello acompañado por un set list de canciones que a más de uno le recordará tiempos pasados..
Boyhood no es una obra recomendable a todo tipo de público. En mi opinión es una muy interesante propuesta, rodada con mucho atino, introduciendo elementos lo suficientemente atractivos como para que su duración no se resienta, con unos diálogos muy humanos, detallista y profunda. Pero que también puede resultar lenta y carente de sentido para el que no esté interesado en la historia y no conecte con sus personajes.
Un saludo.
Linklater pretende rodar con la mayor naturalidad posible una historia mundana, de personas, intentando recuperar de cada época una serie de detalles que la hagan destacar y atractiva de cara al espectador sin olvidar que sus personajes son el mayor valor de la cinta, profundizando una y otra vez en sus vidas para mostrarlas como si de una suerte de documental se tratase.
En este camino, el director no puede dejar el destino de la obra en manos de casualidad, es por esto que introduce ciertos elementos atractivos para formar una pseudo-trama sin que se alejen del carácter humano y del día a día que se pretende mostrar. Es de agradecer, no obstante, que no utilice recursos exagerados para el cometido, teniendo más mérito si cabe.
Así tenemos una serie de acontecimientos dramáticos, otros en clave de humor y en definitiva, elementos que harán que no nos olvidemos que al fin y al cabo es una película. Es aquí donde la fluidez en la narrativa, ciertos recursos visuales y el magnífico trabajo de los actores la harán destacar por encima de otras propuestas.
Para los que piensen en obras similares como la reciente "El árbol de la vida", y sientan pavor, decir que Boyhood se mueve por caminos mucho más "terrenales" que la obra de Malick, mucho más onírica en algunos momentos y más centrada en otro tipo de narrativa.
No llega quizás a tal nivel de meticulosa exigencia en cuanto a fotografía, pero recalco que bajo mi punto de vista no es una obra que pretenda ser digamos contemplativa ni que quiera transmitir a través de cierto poderío visual gran parte de su mensaje, a pesar de que proyecta su amor a la fotografía a través del chaval, pero no lo considero su recurso principal. La fuerza de Boyhood son sus personajes y esa ventana a la vida tal y como la conocen la gran mayoría, sin necesidad de elevarnos a estados de nirvana para entender lo que significa el amor o la pérdida.
Resulta estimulante contemplar las distintas etapas del chaval, con ese moldeado de personalidad tan interesante y del que se pueden rescatar multitud de detalles e incluso es posible que veamos reflejados algunos aspectos en nuestras propias vidas. Asistimos también a todo un visionado de la vida americana en esa década, y de cómo ven ellos mismos ciertos aspectos como la religión, la familia o la política. Todo ello acompañado por un set list de canciones que a más de uno le recordará tiempos pasados..
Boyhood no es una obra recomendable a todo tipo de público. En mi opinión es una muy interesante propuesta, rodada con mucho atino, introduciendo elementos lo suficientemente atractivos como para que su duración no se resienta, con unos diálogos muy humanos, detallista y profunda. Pero que también puede resultar lenta y carente de sentido para el que no esté interesado en la historia y no conecte con sus personajes.
Un saludo.
6 de octubre de 2014
La Isla Mínima
Alberto Rodríguez lima ciertos aspectos de su estilo seco, de personajes corruptos y sombríos para presentar todo un thriller ambientado en los primeros años de la democracia española. Parece que a Rodríguez le van los ochenta.
En un pueblo de las marismas del Guadalquivir, la desaparición de dos jóvenes será investigada por un par de inspectores enviados desde Madrid con personalidades bien diferenciadas.
El director construye una historia dura, con una ambientación fantástica, que utiliza un entorno único y que gracias a una utilización cojonuda entre tomas cenitales y de horizontes sesgados crepusculares, hace que en ocasiones no sepamos si estamos en Andalucía o en esos entornos típicos de Louisiana y de producciones tipo True Detective, cuyas referencias son evidentes, ya sea queriendo o sin querer, porque en el imaginario colectivo de cualquiera que ha visto la serie protagonizada por McConaughey es imposible que no se establezcan paralelismos.
Una de las grandes características que tiene la cinta en cualquier caso es que en casi ningún momento pierde el norte de en dónde se encuentra, retratando una sociedad peculiar, que todavía sufren los ecos de unos acontecimientos históricos que se resisten a desaparecer del todo y unos personajes con la justa profundidad y que ya en su Grupo 7 supo gestionar de forma notable.
Además de su fantástica ambientación, de una fotografía brutal y de un ritmo muy conseguido, sin duda nada sería igual si la pareja protagonista no funcionase, y lo hace en gran medida por un Javier Gutiérrez que hace un papel muy completo, a pesar de ciertos tópicos del género.
Estos tópicos son los que pueden hacer tambalear un poco el resultado final, aunque son leves y en ningún caso sangrantes, pero sí que son visibles y le restan algo de frescura o de propuesta algo más arriesgada.
A pesar de estos detalles, es de agradecer como digo el trato que se le ha dado a la imagen en la cinta, la sobriedad con la que se lleva un guión bastante sólido y en definitiva a saber no caer en la tentadora y cañí chabacanería por tal de no querer parecerse demasiado a ciertos productos del cine yanki.
Por fortuna, se consigue tener la suficiente personalidad propia.
Por fortuna, se consigue tener la suficiente personalidad propia.
Un saludo.
3 de octubre de 2014
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