7 de julio de 2014

Transcendence

Wally Pfister hasta ahora únicamente se había ocupado de la fotografía en el mundo del cine. Entre sus obras se encuentran cintas como El Caballero Oscuro, Origen o Memento, es decir, es muy Hijo de Nolan.

Con Transcendence es la primera vez que ocupa el rol de director, y yo diría que se nota en algunos aspectos su visión fotográfica, pero falla en algunos aspectos de forma incomprensible.

La historia se centra en el Dr. Will Caster, interpretado por "Jack Sparrow", un científico que trabaja para conseguir dotar de consciencia a una inteligencia artificial.


La idea no es que esté mal, a pesar de que ya hemos pasado por HAL, Madre, Skynet y tantas otras inteligencias artificiales que han manipulado, aprendido y "jugado" con el ser humano de tú a tú.
Aquí se intenta añadir la posibilidad de cierta interacción emocional humana añadida a esa IA para intentar dotar de alma o cierta humanidad a esa frialdad tan característica de las máquinas, tal y como las conocemos.

La curva inicial es interesante, tiene buenos elementos de suspense y resulta atractiva, pero llega a un punto de estancamiento y poco a poco se diluye en la misma historia de siempre con un final torpe, inconsistente y que deja cierta sensación de no haber llegado a ningún puerto, de no sorprender e incluso de rozar el aburrimiento, porque ni termina de ser un producto atractivo a nivel de fx, ni su ritmo acompaña, ni su idea termina por explotar por culpa de dejarse llevar demasiado por los típicos cliches de moralidad.

Deep está casi tan rígido como los discos duros que almacenan la IA, Rebecca Hall pega unos cambios de registros que rozan lo bipolar, casi como Paul Bettany en un papel que sinceramente no se sabe muy bien hacia qué camino va...y Morgan Freeman imagino que pasaba por ahí, casi como Cillian Murphy....una pareja extraña que supongo que al ser colegas, el director decidió que fueran casi siempre pegados. A pesar de todo Freeman cumple como siempre y hace lo que puede, en una historia que hasta los actores parecen ver cómo se derrumba y dan la sensación de querer abandonar poco a poco sin que se note mucho, pero se nota.

Decía antes que se nota la visión fotográfica del director, sobre todo en ciertas tomas que son muy de encuadre casi macro, de bokeh selectivo, etc. Pero en mi opinión ha dado un paso atrás delegando el trabajo, ya que no se comprende una utilización tan torpe de la iluminación en muchas tomas, por mucho que quizás se escude en querer dotar de cierta oscuridad a algunos pasajes. Se puede entender en algún momento en concreto, pero en otras es muy llamativo y no para bien precisamente, o por lo menos no sale muy bien parado en cuanto a resultado.
Y es una pena, porque por ejemplo en The Dark Knight o en Origen el trabajo fue cojonudo, jugando de forma fantástica con las luces, las sombras y con composiciones en pantalla que quedaron grabadas en nuestra memoria.
Aquí apenas hay primeros planos potentes, el encuadre da la impresión de ser demasiado cerrado, sobre todo en las escenas de "acción", por no hablar de la repetición de tomas...ahora paneles, ahora pasillo, ahora pueblo, ahora paneles, ahora habitación, ahora pueblo, etc.

En fin, que se puede ver si eres de los que te tragas cualquier cosa cifi, pero luego no digan que no les avisé.

Pros: La idea es atractiva...
Contras: ...pero se queda a medias en todo.

Un saludo.



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