Había escuchado que la cinta de Howard era buena, que el retrato que se hacía de la historia de Lauda y Hunt salía muy bien parada, pero a pesar de todo me daba bastante pereza ponerme con ella...pero como últimamento no saco tiempo para ver cine, me pareció buena idea tirar sobre seguro ya que no está la cosa como para tirar dos horas viendo una basura. Y no lo es, vaya que no lo es...
Howard consigue una cinta con bastante ritmo, con dos protagonistas que lo bordan, mostrando esa dualidad de universos mientras asistimos a la transformación de un deporte que era infinitamente más peligroso (y ya sabemos que al ser humano no le gustan estas cosas...) hacia lo que es hoy en día, descubriéndonos, o por lo menos a los que no conocemos en toda su dimensión, aspectos interesantes del mundillo.
Rush no es solo la historia de la rivalidad entre dos apasionados del motor, es un tour de emociones, de superación, de ese némesis que en ocasiones aparece en nuestras vidas, ahondando en la capacidad del ser humano y que finalmente funde el resultado en un mundo que mueve hoy en día cifras de escándalo.
De igual forma es interesante ver como se ha minimizado hasta hoy el riesgo que por entonces suponía ser piloto de carreras, una profesión vista con excepticismo, una mezcla de miedo pero seductora por su esencia entre otras cosas bizarra.
El resultado es que vemos con frenetismo desmedido, gracias a un montaje cojonudo y a que el bueno de Hans Zimmer no nos da respiro, una historia que avanza a muy buen ritmo, con unas imagenes impactantes, donde quedaremos prendados de unas composiciones que transmiten la velocidad y el sentimiento de los pilotos de una forma fantástica, y eso sin ser, como yo, unos fans de este deporte. Y eso ya es un logro enorme.
Pros: Sin duda, las carreras están rodadas acojonantemente bien.
Contras: El doblaje es horrible. Horrible. Menos mal que el sonido es brutal y tapa el estropicio.
Un saludo.
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