Jasmine es una adinerada casada con un pez gordo de las finanzas que acaba en bancarrota, teniendo que ir a vivir a San Francisco con su hermana choni.
A estas alturas de la película imagino que casi todo Dios sabrá del galardón de la Blanchett en la pasada ceremónia de los Óscar, y viendo la cinta no cabe otra que dar la razón al jurado pues la tipa literalmente se come la pantalla cada vez que aparece, con un personaje lleno de matices, de sentimiento, de expresividad tanto gestual como emocional. Una montaña rusa agotadora por momentos, afilada y que atraviesa en más de una ocasión la pantalla para clavar esa mirada llena de odio, de rencor e incluso de amor.
Blue Jasmine no es solo Blanchett, no funcionaría sin ese personaje afincado en San Francisco pero con acento sureño que es su hermana Ginger, interpretada por una magnífica Sally Hawkins y que representa esa influenciable clase social que puede ser llevada a su propia destrucción cuando entra en contacto con personajes como Jasmine. Dejando por el camino momentos de carcajada y dando ese toque enternecedor por momentos.
Quizás redunda demasiado en su idea original, entre otras cosas porque los flashbacks nos van dando detalles del qporqué del estado emocional de Jasmine y no dejan avanzar la historia con suficiente velocidad. Esto, unido a que quizás le falta algo de más mala leche o de presentar situaciones algo más rocambolescas que los simples líos de faldas, hagan que la valoración no sea de asombro, pero en cualquier caso, es una estupenda cinta, con un muy buen ritmo y con Jasmine, que por sí sola ya merece su visionado y alabanza.
Pros: La Blanchett.
Contras: Igual en su afán por no presentar algo pasado de vueltas a nivel histriónico o viendo que su protagonista ya había tocado techo en esta historia, Allen no arriesga demasiado en cuanto a mala leche.
Un saludo.
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