Tenía pendiente desde hacía mucho tiempo la cinta estrenada por David Cronenberg allá por el 2005. Recuerdo leer la sinopsis en su día y, aunque me llamó la atención, no ha sido hasta este 2014 cuando le he puesto remedio al asunto.
Por un lado es de esas cintas que cuando la ves maldices no haberla visto antes, pero por otro lado puede que la haya visto en el momento adecuado.
Viggo Mortensen interpreta al típico padre de familia en un apacible pueblo americano. Feliz con su matrimonio e hijos todo parece ir cojonudamente bien hasta que el destino hace que unos maleantes se crucen en su vida.
Antes comentaba la importancia de ver una cinta en su momento adecuado, me refería a que en una época en la que, salvo comedias muy directas o historias muy muy simples, es casi imposible encontrar una peli que dure menos de 110 minutos y que consiga transmitir tantísimas cosas.
Quizás en 2005 la cosa no era tan llamativa, pero después de ver hace algunos días una cinta de casi tres horas, con gafas 3D a cuestas durante toda la proyección para que el conjunto no suponga más que ir de aquí hasta aquí, las sensaciones con esta cinta de Cronenberg se disparan, casi tanto como la violencia mostrada.
A History of Violence resulta directa, ruda, violenta como su propia esencia pero marcando muy bien los tiempos, degustando de forma fantástica esos momentos en los que es necesario un parón para que los personajes hagan poso, para a los pocos segundos impactarnos con alguna escena de una brutalidad sobrecogedora sin perder el hilo de la historia, dejando que avance y sin dejar de salpicarnos como su propia sangre, con elementos que la enriquecen. Como serían el retrato que hace de una sociedad americana adormecida (tipo Mátalos Suavemente), o la implicación que tiene en las vidas personales actos mediáticos o con esa deconstrucción de personajes como sucedía en Sin Perdón.
Enganchados sin remedio prácticamente desde el minuto 5, deja además escenas memorables, desde las ya comentadas escenas gore hasta escenas de sexo con una carga emocional brutal, en especial la segunda, por el momento, por la implicación, por la manera en que está rodada...simplemente maravillosa, al nivel de la escena lésbica de Mulholland Drive, cada una en su contexto, pero que resultan de una potencia tanto visual como emocional muy tremendas.
Pros: El ritmo, los personajes (William Hurt está brutal, por cierto, Harris...), su trasfondo social, el gore...su plano final.
Contras: Puede que al ser tan directa, algunas escenas no cuadren con la idea que tenemos hoy en día del cine, donde todo debe estar explicado, donde no puede ser que un una casa de matones no tenga francotiradores en la azotea, donde las muertes queden sin explicar, etc.
Muy recomendable.
Un saludo.
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