Hitchcock presentó allá a finales de los 50 un drama envuelto en misterio y suspense basado en la novela "D'entre Les Morts" en el que un inspector de policía se ve obligado a dejar el cuerpo por un grave problema de acrofobia. Un viejo amigo le encargará una tarea de investigador privado, que
consiste en averiguar qué demonios le pasa a su mujer, la cual parece
últimamente estar un poco "ida".
Para aquellos que nunca han visto una peli del maestro del suspense, Vértigo puede parecer algo extraña en su comienzo, con un juego algo más dramático de lo usual o de desconcierto y aislamiento, con unos personajes que en ocasiones parecen vivir un sueño en un mundo que parece no ir con ellos y que les hará evolucionar continuamente conforme avanza la trama.
Precisamente esa es la gran baza de esta cinta y probablemente una de las dificultades que más valoran sus defensores entre otros aspectos, la cinta más personal según declaraciones del propio director ya que parece existir cierta dualidad entre la protagonista Kim Novak y su musa Grace Kelly, aspecto que nos hace buscar referencias personales en sus entrañas para terminar descubriendo todo un conjunto de detalles muy personales y profundos que plasmó el director y que quizás hizo que en un primer momeno tuviese una acojida más bien fría por el público en general.
Asistimos a todo un derroche evolutivo, siendo la "primera parte" o función de la obra un viaje hacia lo desconocido, con aires de misterio y sobrenatural, para pasar directamente hacia una obsesión casi enfermiza y cierta crítica social hacia el aspecto, tocando aspectos de la vida y la muerte de forma sublime, sin artificios y con unos actores que poco a poco van abriéndose hacia el espectador provocando las distintas reacciones buscadas por el director.
Destacar también la fantástica partitura de Bernard Herrmann y un trabajo de fotografía tremendamente plástico junto a un James Stewart que simplemente lo borda en un papel nada fácil y que lo lleva al extremo llegados a un punto de la historia.
Sin olvidar su parte final, en el que de nuevo se recupera cierta esencia Hitchcoriana para darte la estocada y dejar esa sensación de "menudo cabronazo, no me lo esperaba", tan propia de sus pelis.
Por supuesto, existen bastantes detalles que llaman la atención como algunos encuadres fantásticos e imposibles, los títulos de crédito, los colores utilizados en algunas escenas, detalles, detalles, detalles...
Vértigo es una muy interesante propuesta, muy sólida y que consigue mantener enganchado al espectador a pesar de ciertos momentos algo densos en mi opinión que, por otro lado, no dejan de enriquecer la historia y sus personajes, dando como resultado algo más complejo y completo, pero que me parece acertado poner en preaviso al espectador para que no se extrañe si en algún momento tiene dicha sensación, sobre todo si ha visto antes pelis más dinámicas y "actuales" como Psicosis o Frenesí.
Una obra que sigue siendo todo un ejercicio para ver cómo las pelis de este buen hombre han dejado huellas imborrables hasta nuestros días en el cine actual.
Un saludo!
Para aquellos que nunca han visto una peli del maestro del suspense, Vértigo puede parecer algo extraña en su comienzo, con un juego algo más dramático de lo usual o de desconcierto y aislamiento, con unos personajes que en ocasiones parecen vivir un sueño en un mundo que parece no ir con ellos y que les hará evolucionar continuamente conforme avanza la trama.
Precisamente esa es la gran baza de esta cinta y probablemente una de las dificultades que más valoran sus defensores entre otros aspectos, la cinta más personal según declaraciones del propio director ya que parece existir cierta dualidad entre la protagonista Kim Novak y su musa Grace Kelly, aspecto que nos hace buscar referencias personales en sus entrañas para terminar descubriendo todo un conjunto de detalles muy personales y profundos que plasmó el director y que quizás hizo que en un primer momeno tuviese una acojida más bien fría por el público en general.
Asistimos a todo un derroche evolutivo, siendo la "primera parte" o función de la obra un viaje hacia lo desconocido, con aires de misterio y sobrenatural, para pasar directamente hacia una obsesión casi enfermiza y cierta crítica social hacia el aspecto, tocando aspectos de la vida y la muerte de forma sublime, sin artificios y con unos actores que poco a poco van abriéndose hacia el espectador provocando las distintas reacciones buscadas por el director.
Destacar también la fantástica partitura de Bernard Herrmann y un trabajo de fotografía tremendamente plástico junto a un James Stewart que simplemente lo borda en un papel nada fácil y que lo lleva al extremo llegados a un punto de la historia.
Sin olvidar su parte final, en el que de nuevo se recupera cierta esencia Hitchcoriana para darte la estocada y dejar esa sensación de "menudo cabronazo, no me lo esperaba", tan propia de sus pelis.
Por supuesto, existen bastantes detalles que llaman la atención como algunos encuadres fantásticos e imposibles, los títulos de crédito, los colores utilizados en algunas escenas, detalles, detalles, detalles...
Vértigo es una muy interesante propuesta, muy sólida y que consigue mantener enganchado al espectador a pesar de ciertos momentos algo densos en mi opinión que, por otro lado, no dejan de enriquecer la historia y sus personajes, dando como resultado algo más complejo y completo, pero que me parece acertado poner en preaviso al espectador para que no se extrañe si en algún momento tiene dicha sensación, sobre todo si ha visto antes pelis más dinámicas y "actuales" como Psicosis o Frenesí.
Una obra que sigue siendo todo un ejercicio para ver cómo las pelis de este buen hombre han dejado huellas imborrables hasta nuestros días en el cine actual.
Un saludo!