Sam Peckinpah es un director de lo más interesante y visionario que dejó verdaderas joyas del género entre los 60 y los 70, sobre todo en este último periodo.
Perros de paja nos cuenta la historia de David Summer, un matemático interpretado por Dustin Hoffman que, junto a su mujer Amy, deciden establecerse en un apartado pueblo inglés para poder concentrarse en su trabajo.
Desde un comienzo ya advertimos que el lugar tiene un aura hostil por naturaleza, como si en lugar de un pueblecito encantador estuviéramos en esos lugares retratados de forma lúgubre de Europa del Este en las pelis. Sus gentes aparentan tener controlada la comunidad, pero todo pende de un hilo y la violencia surge fácilmente.
Se nos introduce en la vida de David y Amy lentamente, con cierto toque erótico y sin mucho tapujo contando que hablamos de 1970. David resulta un personaje débil, civilizado y metódico...Amy juega con la dualidad y es más terrenal, resulta más caótica en parte también a que sus orígenes son del mismo pueblo.
Conforme pasan los minutos una tensión se apodera de las escenas, si bien es cierto que existe cierta torpeza narrativa en alguna ocasión, como con Amy, que no se sabe muy bien en alguna escena por dónde van a seguir sus pasos, lo cierto es que sirve de nexo perfectamente para su parte final, con un clímax cojonudo lleno de violencia y que, junto a cierta escena bastante desagradable pero necesaria para el devenir de las cosas, dejan una sensación de haber salido de una situación asfixiante.
Existen pelis de este tipo más actuales tipo Funny Games o I Split on your Grave (mejor la original), que han intentado generar ese sentimiento de rabia que esconde el ser humano como animal que no deja de ser, pero Perros de Paja marca maravillosamente bien los tempos y resulta muy original y visceral en algunos aspectos.
Un saludo!
Perros de paja nos cuenta la historia de David Summer, un matemático interpretado por Dustin Hoffman que, junto a su mujer Amy, deciden establecerse en un apartado pueblo inglés para poder concentrarse en su trabajo.
Desde un comienzo ya advertimos que el lugar tiene un aura hostil por naturaleza, como si en lugar de un pueblecito encantador estuviéramos en esos lugares retratados de forma lúgubre de Europa del Este en las pelis. Sus gentes aparentan tener controlada la comunidad, pero todo pende de un hilo y la violencia surge fácilmente.
Se nos introduce en la vida de David y Amy lentamente, con cierto toque erótico y sin mucho tapujo contando que hablamos de 1970. David resulta un personaje débil, civilizado y metódico...Amy juega con la dualidad y es más terrenal, resulta más caótica en parte también a que sus orígenes son del mismo pueblo.
Conforme pasan los minutos una tensión se apodera de las escenas, si bien es cierto que existe cierta torpeza narrativa en alguna ocasión, como con Amy, que no se sabe muy bien en alguna escena por dónde van a seguir sus pasos, lo cierto es que sirve de nexo perfectamente para su parte final, con un clímax cojonudo lleno de violencia y que, junto a cierta escena bastante desagradable pero necesaria para el devenir de las cosas, dejan una sensación de haber salido de una situación asfixiante.
Existen pelis de este tipo más actuales tipo Funny Games o I Split on your Grave (mejor la original), que han intentado generar ese sentimiento de rabia que esconde el ser humano como animal que no deja de ser, pero Perros de Paja marca maravillosamente bien los tempos y resulta muy original y visceral en algunos aspectos.
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