29 de octubre de 2010

Santiago

Tras regresar de nuestro viaje por Japón, decidimos descansar 10 horillas y largarnos a Galicia en coche, total qué son 1000 kilómetros más ida...y vuelta.

Este año le cascamos al Corsa una variedad de Muse (concierto estrella del festival), Vegas, Bunbury, Hendrix (que no nos falte de nada), Nouvelle, Arcade Fire, Arctic, Radiohead y algunos clásicos de siempre, Queen, Elvis, Led, Jackson...para qué escuchar bacalao cuando tenemos solomillo?
Como mínimo este año no regresé del viaje con una canción atormentándome en mi cabeza..."Esta es la historia de Juan Castillo" de "los Chichos"...no me preguntes por qué, pero mientras iba en el coche de Mushara atravesando desiertos esa canción me persiguió en todo el viaje...es que el jodío tenía cierto aire muy cholo. Ojo, que la canción me gusta.


Mientras el resto de España se cocía a 40 y pico grados nosotros nos metimos de lleno en tierra de humedad, de verde frondoso, de niebla y lluvia por doquier. Eso hace más especial si cabe los sitios como Santiago, en donde nos alojamos para asistir al Festival de Xacobeo, motivo del viaje.

Santiago no es excesivamente grande, pero sus zonas están bien diferenciadas y se expande hacia urbanizaciones que pierden el encanto de su casco antiguo y zona de catedrales, verdadero punto clave de la ciudad.

Pero sería injusto decir que tan sólo la famosa Catedral de Santiago brilla en el panorama del viajero, sus calles y callejuelas empedradas, sus montes que la rodean y sus pintorescas tabernas en donde uno puede probar delicias como el verdadero pulpo a la gallega, la ternera gallega o tapas mil no hacen sino que completar una visita más que recomendada a esta bonita ciudad.


Como punto criticable quizás podríamos decir que es fruto de una de sus virtudes, y es que la devoción que se profesa a los santos es tanta que puede empalagar a los que no creen en absolutamente nada, y a los que simplemente lo respetan no pasa de anecdótico el ver desfilar a mucha gente con mucha fe y que, por qué no decirlo, desprende en su mayoría buen rollo...a excepción de los hiper-devotos, que a mi personalmente me dan más pavor que otra cosa.




La Catedral es uno de los puntos más bonitos y llamativos, mundialmente conocida por ser el punto y final del Camino de Santiago es donde convergen multitud de peregrinos, gente venida de todo el mundo y personajes de todo tipo. Quedarse en su plaza sentado un buen rato (sobre todo si hace sol) y ver desfilar a la gente o escuchar el sonido de los gaiteros es una experiencia muy recomendable y que ayuda a olvidar por un momento a tanto guiri, nosotros incluidos.



Un saludo!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario