Descafeinado regreso de McClane a las pantallas, por un lado sí, tenemos un producto de entretenimiento con los típicos malos, mucha acción, explosiones, piruetas imposibles y un personaje carismático como es el detective McClane...pero ahí acaba la magia, y es que como historia flojea muy mucho, el tema está ya muy visto y para colmo ese humor ácido de las otras entregas no hace acto de presencia más que en unas pocas escenas...MacClane no deslumbra como en las 3 anteriores, sobre todo en su primera y tecera parte, donde asistimos a claros ejemplos de malos carismáticos como ese Jeremy Irons o Alan Rickman y parejas de culto como Samuel L. Jackson como Jesús...perdón como Zeus XDDD...
En su lugar aquí se nos presenta un malo sin sustancia, sin carisma y muy muy típico.
En esta ocasión tenemos a un pirata informático como pareja que se dedica a introducir a un muy perdido Willis en la era informática a la vez que intentan salvar al mundo, pero ni tiene fuerza ni aprovecha para nada el universo creado en las 3 anteriores...con los que nos queda un par de frases y a correr...además, recurre al también muy manido asunto de la família.
Así tenemos un producto entretenido pero que no aporta absolutamente nada al panorama de la acción, las persecuciones a pie ya nos dejaron pasmados en Casino Royale y aquí no le llega ni a la suela de los zapatos, el Harrier de True Lies ya nos alucinó y aquí vemos más de lo mismo...y así con casi todo, salvando dos o tres frases del ¿protagonista? un título que si se le cambia el nombre seguramente pasaría sin pena ni gloria, creo que una saga como esta se merecía otro guión.
Un saludo!
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