9 de febrero de 2021

Chernobyl

En su día se me pasó comentar lo que sin duda fue una de las mejores series estrenadas en 2019, hablamos de Chernobyl, de HBO, que arranca en aquella fatídica noche del 26 de abril de 1986 y que nos cuenta cómo se vivieron aquellos días tras lo que podría haber sido una catástrofe de dimensiones escalofriantes.

Aquel día, la central nuclear de Vladímir Ilich Lenin sufrió el considerado como peor accidente nuclear de la historia, cuando el núcleo del reactor nuclear se sobre calentó e hizo estallar la tapa contenedora, expulsando una ingente cantidad de radioactividad. Aproximadamente 500 veces la bomba atómica de Hiroshima.

Con esta premisa, Johan Renck utiliza esta tragedia para presentarnos los detalles, los entresijos y las consecuencias que tuvieron lugar durante esos días en los que la información se ocultaba, había mucha incertidumbre, errores, desconocimiento real de la gravedad y donde la serie parece pertenecer profundamente al género del terror, pues su ambientación y explicitud provoca que en muchos momentos pasemos más miedo y mal rollo que en cintas de este tipo.
Lo peor de todo, además de esa sensación de lo que podía haber pasado, es ver esa frustrante gestión, de cómo la radioactividad penetraba en los hogares de la gente y de cómo cayeron muchos de una de las formas más horribles que pueda uno imaginar.



En cuanto a las interpretaciones, cabe destacar a un Jared Harris como el científico Valery Legaslov que sencillamente lo borda en todas y cada una de sus apariciones, acompañado de un más que solvente Stellan Skargard interpretando al ministro que gestionó dicha crisis y que funciona a la perfección como contrapunto de Harris.

Chernobyl es un excelente producto, lleno de tensión y angustia que nos hace reflexionar sobre la capacidad humana de gestionar grandes crisis ya no solo medioambientales, sino sociales y políticas, con un oscuro manto que cae sobre figuras tremendamente superadas.

Siempre estará la duda de la veracidad de ciertas partes, pero en su conjunto, funciona perfectamente.

Un saludo.

2 de febrero de 2021

Mi vecino Totoro

En mi búsqueda de cine accesible para edades tempranas, y tras el gran descubrimiento que supuso Ponyo, lo primero que coordiné a continuación fue una sesión con el bueno de Totoro

Reconozco que no estaba seguro al 100%, se dan bastantes casos en los que la cinta genera cierto temor en los pequeños. Afortunadamente, Totoro ya está en el top 1 de las pelis preferidas de mis enanas, y yo la mar de contento.


Mi vecino Totoro cuenta la historia de un padre y sus dos hijas que se trasladan a un entorno rural en el Japón de la postguerra para estar cerca de la madre de estas, enferma de tuberculosis y recuperándose en el hospital.

Una premisa así, estoy seguro que echa para atrás a más de uno, pero nada más lejos de la realidad. Totoro destila amor por la naturaleza por los cuatro costados, amor fraternal, fantasía, aventura, imaginación y una sencillez en su planteamiento que muy pocas cintas consiguen. Yo sigo buscando.

Su belleza artística es un disfrute para los sentidos, sus personajes están magníficamente incorporados a un universo que no es ajeno a los dramas de la vida de sus protagonistas, pero que avanza siempre mostrando un punto de optimismo, amor, amistad y magia.

Posee probablemente algunas de las escenas más emblemáticas y bellas del cine de animación, que ya son historia, con una carga emocional fantástica, como el final de la cinta y esos créditos que terminan de cerrar el círculo a nivel narrativo.



Totoro es otro oasis en mitad del ruido como Ponyo, con sus momentos reflexivos, esos paisajes rurales pintados a mano, la magnífica banda sonora compuesta por Joe Hisaishi y la química de sus dos pequeñas protagonistas así como la entrañable fuerza del espíritu del bosque.

Un saludo.