Ridley Scott continua con su cruzada por expandir todavía más si cabe el universo de la saga Alien, en una nueva entrega que es continuación directa de Prometheus, estrenada en 2012.
Si ya en su día aquella generó todo un movimiento de amor-odio, algo así como Batman v Superman, esta es de esperar que provoque bilis en cantidades industriales, dado que vuelve por sus fueros en algunos aspectos.
De nuevo tenemos una suerte de expedición que busca colonizar un lejano planeta transportando miles de embriones y colonos para repoblar el nuevo hogar.
En su camino, la nave Covenant se desviará de su trayectoria para interceptar una señal aparentemente humana en un planeta cuyos requisitos para albergar vida son incluso mejores que el de su destino final.
Esto será el pistoletazo inicial para que el bueno de Scott se recree un poquito más en los inicios del xenomorfo y de cómo llegó a convertirse en ese "perfecto" organismo.
Prometheus ahondó en algunos aspectos de Alien que a mí me parecieron interesantes, sobre todo gracias al buen papel de Fassbender como el androide David, además de con todas esas pequeñas referencias filosóficas sobre la creación y las cuestiones tales como el de "dónde venimos", etc.
Dejaba en el aire muchas preguntas (probablemente gracias al sello Lindelof) y resultaba entretenida, a pesar de los errores que tenía, sobre todo en cuanto a determinados momentos y situaciones que no estaban nada bien llevadas, a pesar de que la "cazurrería" humana viene de lejos impresa en la saga.
En cualquier caso, creo que funcionaba, además de tener una factura técnica cojonuda y una escena en el laboratorio acojonante.
En esta Covenant se vuelve a mostrar algo más sobre la historia, pero el resultado final es como si se tratara del episodio 5 de 10 de una serie, una travesía en la que además el director no se ha molestado en ser más fino con algunos detalles.
Es un escalón más en la megalomanía del universo droide que por momentos parece emparentado con Blade Runner, pero que se pierde en un discurso algo redundante del que ya teníamos constancia en Prometheus.
Técnicamente vuelve a ser muy potente, aunque las escenas de acción en ocasiones se pasan de vuelta, en especial en la parte final, en la que no sabemos si son personas o los Vengadores.
No se puede decir que sea una cinta pésima, incluso puede que sea el prólogo de una especie de Aliens el regreso que conecte finalmente con el octavo pasajero, pero desde luego tiene detalles que si bien en Prometheus quedaban más o menos bien cubiertos, en esta quedan expuestos por no arriesgar en casi nada, más allá de la sordidez y la brutalidad de alguna escena.
Un saludo.
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