20 de mayo de 2016

The Neon Demon

Nicolas Winding Refn apareció en mi vida a través de Drive, todo un peliculón que estallaba en un año bastante interesante con títulos como The Artist, El árbol de la vida, Attack the block o la acertadísima X-Men Primera Generación, que resultó ser una promesa emocionante de la que no hemos vuelto a saber.

Un año con títulos atípicos, cine en blanco y negro mudo, oníricas historias que llegaban hasta la médula, acción de calidad...un año interesante, y variado.
Y en mitad de todo esto surgió un título que arrancaba con sintetizadores, un tipo que hablaba muy poco, una historia de amor muy visceral y unos elementos de gore y acción que nos dejaron con la boca abierta, además de un cuidado apartado visual.


Quién demonios era este Nicolas Winding Refn?

No conocía apenas nada, salvo una trilogía llamada Pusher que no me llamaba en exceso, pero a partir de entonces entraría en ese pack de directores a seguir, con un estilo cercano a Lynch y una brutalidad visual menos amable que Tarantino.

El tandem Gosling - Refn se mantuvo en Sólo Dios Perdona, en otra historia que daba una vuelta de tuerca a ese universo de seres estrambóticos, con verdaderos traumas psicológicos y una historia de violencia que se gestaba en ocasiones casi de forma procedural, aleatoria, pero resultaba impactante y encajaba en ese extraño mundo asiático.

Y llegó The Neon Demon, esta vez sin Gosling, que demostró saber volar solo incluso a través de un tributo directo a Refn como fue Lost River, cuya cinta, bajo mi punto de vista, en ocasiones supera a esta The Neon Demon.

Jesse es una jovencísima modelo que se desplaza a Los Ángeles para triunfar en el mundo de la moda, allí conocerá la forma de trabajar y la competencia existente del mundillo.

Con una impactante toma da comienzo el festín visual de NWR, a partir de entonces, la historia se desarrolla a través de los ojos de la joven promesa en mitad de un mundo absolutamente absorbido por la búsqueda de la belleza, en ocasiones para triunfar, en otras para paliar desequilibrios emocionales y en un pequeño recoveco del guión, en su forma más mundana.

Un retrato muy muy gris adornado con un arco iris de neón en múltiples escenarios que nos muestran desde la manera de trabajar del fotógrafo excéntrico de turno a la modelo más feroz y celosa de su terreno, dando forma a un retrato muy particular y oscuro de lo que podría considerarse casi una fábula con animales disfrazados de personas y con una Elle Fanning que realiza un muy buen trabajo.

Como historia de ficción que es, evidentemente el mundo de Refn debe tomarse casi más como un thriller de terror psicológico, en lo que podría ser incluso la pesadilla de una joven promesa a modelo, sobre todo en su recta final, donde el director se deja llevar y entra de lleno en todo un aquelarre de modelos para dar forma a esta particular pesadilla.

Lamentablemente, este intento de fusionar Lynch con Lars Von Trier deja un guión en esencia muy simple, en bucle en su concepto de belleza y competencia, que por momentos brilla gracias a su impacto visual y a ese retrato cercano a la pesadilla en la que pululan esos personajillos llenos de clichés y de frialdad desmesurada, pero que ni evoluciona desde sus últimos trabajos ni aporta demasiado a una idea que títulos como Whiplash o Cisne Negro ya han mostrado con mucho mejor pulso narrativo e incluso visual, a pesar de que los estilos y la propuesta sea distinta a todas luces.

Es por ello que este título sensorial de NWR es un paso atrás, a pesar de que deja tomas grabadas en la memoria por su potencia visual, la base es redundante y sus giros resultan de ejecución algo torpe y predecibles.

Un saludo.

18 de mayo de 2016

Capitán América: Civil War

Decía Platón que "La justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte", y esto, a grandes rasgos, podría ser la base argumental de esta nueva entrega del universo Marvel, en la que el Capitán América es la excusa para continuar la estela dejada por los Vengadores y el resto de personajes que se han ido añadiendo al plantel inicial.


Lo titánico del asunto es conseguir que el espectador disfrute de una historia razonablemente llevadera, mantener cierta coherencia con el resto de franquicias y evolucionar en cuanto a espectacularidad. Porque la legión de fans ya está asegurada y la captación de nuevos reclutas puede llegar en cualquier momento, ya sea, por poner un par de ejemplos, por descubrir un personaje interesante entre todos los existentes o bien por saber cómo evolucionan las distintas sagas.

A veces imagino, cuando estoy viendo una nueva entrega, cómo reaccionará el espectador que no tenga ni pajorela idea de lo que ha pasado en...digamos...las 3 cintas anteriores a la que nos ocupa.
De hecho, en ocasiones aparecen pequeñas referencias a objetos o sucesos que están por venir o que han aparecido de forma fugaz y que tienen cierta relevancia, pero a las que no se les presta suficiente atención porque es un injerto más en pantalla en ese frenético universo, algo que seguramente conecte un pasaje con otro, pero en ocasiones dicha conexión no llega, y todo queda relegado a un comentario, una imagen, una gema brillante, de los que sólo unos pocos disfrutan, el resto queda relegado a cierto ostracismo o sencillamente a pasar del asunto en espera de las hostias.
Esas pequeñas referencias desconocidas cobrará importancia cuando a Marvel Studios le venga en gana continuar con esa fase, pues de camino puede perfectamente alargar las franquicias con aventurillas varias.
Esto, si bien puede ser una estrategia interesante para enganchar a cierto público, resulta también un arma de doble filo que provoque, de forma cada vez más notoria, pereza a la hora de subirse al carro de toda esta vorágine de nombres y tramas.


Tras los acontecimientos de los Vengadores 1 y 2, Ironmanes, Thores, Antman y Capitanes América, el trabajo de estos seres tan "especiales" se pone en tela de juicio debido a la destrucción que dejan tras de sí en sus actuaciones.

Esta premisa era de esperar de cara a añadir ese toque actual y humanizado donde cualquier acto, por increíble que sea, siempre tendrá sus consecuencias, en una sociedad mucho más analítica que en la época de los primeros cómics, donde esos detalles quedaban más diluidos.
Sorpresivamente, y tras algunos movimientos de DC, la gran "rival" de Marvel en cuanto a este tipo de cine, parece que las creaciones de Stan Lee quieren acercarse tímidamente, y con el aval de tener ya muy bien asentadas las distintas franquicias que tejen este aparentemente complejo universo, a esa humanización de sus protagonistas. 
Si bien Marvel utiliza un tono más infantil y continuista en su estructura, sin olvidar al villano de turno que funciona como cortina de humo para justificar las hostias, es de recibo destacar que gestiona de forma correcta sus productos para presentar algo decente pero, no hay que engañarse, muy inocente en la mayoría de ocasiones, y en las antípodas de ser rompedor o llamativo en un ámbito que queda lejos de tomarse en serio como parece pretender en ocasiones, dentro de lo que cabe.
Porque si nos centramos en qué representa Civil War como película, todo se reduce a una venganza despechada, donde seres aparentemente invencibles se cuestionan entre sí sin creérselo ni ellos mismos, para acabar como siempre, dando tortas.
En la sombra tenemos un gobierno que ahora está y ahora no y que añade ese personaje indirecto que demanda comprensión por parte de esos seres capaces de destruir ciudades enteras, en un claro ejemplo de controlar las conveniencias de los más fuertes con la justicia por bandera. Un Stark casi bipolar, unos seres invencibles (Visión, Hulk, Thor, etc.) que ahora conviene que salgan y ahora no....así cuesta mucho centrarse para el que busque algo más sólido y cierta profundidad de calidad.


Pero la función es entretenida, la intención yo creo que es buena, Brühl lo hace medio bien salvo por cuando le da por hacer el ganso rodando como una croqueta en el suelo entre gemidos para "despistar" a los héroes mientras el otro aparece por detrás para atizar. Cosas, detalles...por no hablar de la impunidad con la que se mueve como Pedro por su casa...pero es algo que ya hemos visto en otras cintas de este tipo...que el ritmo no pare...es mejor no pensar demasiado en que por ahí andan los X-Men, Hulk y demás...
Los efectos especiales son muy buenos, la fotografía es correcta pero no destaca en prácticamente nada, la épica brilla por su ausencia salvo en dos o tres ocasiones, destacando un Spiderman muy divertido...y en general, comparto alguna opinión en la que se indica que lo de Civil War le queda algo grande. Como título, con Capitán América....3, hubiera sido suficiente. 
Eso sí, para mí es mejor que las 2 primeras, donde se iba de serio sin sustancia, con tramas aburridas, enrevesadas únicamente para desviar la atención de planes absurdos y reiterativos.
Aquí falla también en la resolución del conflicto aparentemente principal (yo no he diseñado ese cartel de confrontación, a mí no me miren), porque nadie cree en él, y porque la trama final tiene cierta chispa pero resulta débil si la analizamos con perspectiva, pero la intención, como digo, es buena.

Tras este receso, ni idea de por dónde irán los tiros, imagino que seguirá la vertiente más humorística y familiar, mezclado con grandes (ojalá que no sea únicamente por el tamaño) enemigos y retos.
Yo casi prefiero que Marvel se centre en ello, y deje la parte oscura y humana a DC, aunque si el resultado es bueno, por mí como si se mezclan los dos universos. En cualquier caso, es bueno que haya competencia, que se piquen y que se expriman los cerebros para regalarnos esa aventura definitiva que está por llegar.

Un saludo.


13 de mayo de 2016

The witch

The Whitch no es una cinta de terror al uso, no pretende ser ese entretenimiento liviano y pasajero estructurado a base de pasajes a cada cual más retorcido para dar la estocada final en una orgía de casquería o similar.
Todo aquel que vaya buscando algo parecido, o espere encontrarse al típico grupo que cae uno detrás de otro por el ente de turno o el desequilibrado del lugar, que se aleje de inmediato.


Una familia de colonos abandona una congregación en la Nueva Inglaterra de 1630, estableciendo su hogar alejados de la civilización.
La desaparición de un miembro de la familia comenzará a detonar una serie de sucesos aparentemente obra del maligno.

Bajo este escenario, Robert Eggers presenta una cinta de terror sobria en la que prima la tensión, el suspense y una historia construida sobre las bases de esa radical y puritana creencia cristiana, aderezada con macabras pinceladas que representan el culto sobre la brujería en una forma bastante alejada de los tópicos más representativos.
Estos elementos, unidos a la idiosincrasia del ser humano y a esos pequeños destellos de maldad y rebeldía que afloran en esas retenidas voluntades, convierten a The Witch en una interesantísima propuesta dentro del género de terror que combina de manera magistral ciertos elementos sobrenaturales con el folclore más conservador.

Esta combinación provoca esa sensación en el espectador mezcla de tensión y terror tanto por esa parte más oscura de la historia como por las reacciones de una sociedad tan sometida a las voluntades de Dios.

Pero si la cinta funciona, es en gran parte gracias al grandísimo trabajo de todos y cada uno de sus protagonistas, empezando por el cabeza de familia, interpretado por un magnífico Raph Ineson, que transmite a la perfección esa lucha patriarcal por mantener a su familia en un entorno que poco a poco consume sus fuerzas, hasta los jóvenes Anya Taylor y Harvey Scrimshaw como Thomasin y Caleb, en una representación que nos muestra ciertos elementos oscuros y puntos de rebeldía que nos hacen reflexionar sobre cómo se gestan, en definitiva, determinadas tribus urbanas o movimientos sociales debido, al fin y al cabo, a los propios actos del ser humano.

Muy recomendable.

Un saludo.