15 de diciembre de 2014

Blue Ruin

Dwight es un solitario vagabundo al cual un día le llega la noticia de la liberación de cierto personaje que podría ponerlo en peligro.
A pesar de la precariedad de la vida del protagonista y de su aparente desconexión con la sociedad, existen una serie de personas que todavía son importantes en la existencia de este paria y es lo que le llevará a realizar una serie de acciones que desencadenará en toda una odisea de supervivencia.


En poco más de hora y media, Blue Ruin se las apaña para montar toda una historia de violencia muy visceral en la que poco a poco nos cuenta los detalles de esta trama cuyos primeros minutos puede desconcertar o parecer previsiblemente una historia lenta y tediosa. Pero nada más lejos de la realidad, engancha, avanza y poco a poco enfatizamos con el protagonista en esta carrera que va desde su retiro social hasta el infierno que supone la venganza más descarnada.

Jeremy Saulnier construye un thriller muy sólido, con buenos puntos de humor negro, en un universo que recuerda en ocasiones la obra de Gilligan en Breaking Bad, sin llegar a ciertos niveles de ficción ni de profundidad por la evidente duración del proyecto, pero sí en esa ambigüedad en la personalidad de sus protagonistas, que aparentar ser algo que muta continuamente entre lo moral e inmoral, en un entretenimiento cojonudo y que nos regala además una fotografía muy interesante.

Dwight consigue transmitir gracias a su aparente anodina personalidad esa frialdad necesaria que camina entre la incredulidad y el anti héroe por excelencia, en esa carrera contra los elementos por ser algo que no es pero que de la manera más natural posible se nos muestra para sorprendernos en cada nuevo acontecimiento, llegando al clímax final, con un cierre que deja un muy buen sabor de boca.

Muy recomendable.

Un saludo.





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