Xavier Beauvois se basa en una historia real acontecida en Tibhirine, Argelia, en donde unos monjes cistercienses trabajaban para la comunidad argelina.
La cinta intenta retratar desde un punto de vista muy personal cómo un violento mundo trata los actos bondadosos de un grupo de monjes que, dejando de lado su típica fe ciega hacia su Diós, intentan mostrarse como una mano amiga en mitad de una religión distinta a la suya, con respeto y dejando a un lado diferencias de creencias.
Y es que Beauvois muestra de una forma sobria y sin artificio alguno el perfil de unos simples hombres que han decidido dejar sus vidas para ofrecer sus habilidades a una comunidad necesitada, en el marco férreo y disciplinado de la fe católica pero sin caer en el "reclutarismo" tan típico del dogma católico.
Eso es lo que se agradece de esta cinta, que es sincera y que consigue que sintamos un aprecio enorme por le trabajo de esos hombres que en ocasiones parecen héroes y que, por lo menos en mi caso, creo que sería en lo que la iglesia debería basar sus esfuerzos si realmente lo que quieren es ayudar al ser humano.
Destacando por encima del resto, se encuentran dos actores como Lambert Wilson (Merovingio en Matrix) y Michael Lonsdale (el mítico Abad del Nombre de la Rosa, entre otras). El primero por llevar el pulso de la historia y ser el nexo entre el mundo monacal y el político o mundano, y el segundo por simplemente llenar con su presencia y su carisma la pantalla cada vez que aparece.
Una cinta muy profunda, pausada, bella en su fotografía y sin exceso alguno, que se disfruta si gusta de ver la profundidad de unos personajes bien definidos y de historias humanas bajo un marco actual.
Un saludo!.
La cinta intenta retratar desde un punto de vista muy personal cómo un violento mundo trata los actos bondadosos de un grupo de monjes que, dejando de lado su típica fe ciega hacia su Diós, intentan mostrarse como una mano amiga en mitad de una religión distinta a la suya, con respeto y dejando a un lado diferencias de creencias.
Y es que Beauvois muestra de una forma sobria y sin artificio alguno el perfil de unos simples hombres que han decidido dejar sus vidas para ofrecer sus habilidades a una comunidad necesitada, en el marco férreo y disciplinado de la fe católica pero sin caer en el "reclutarismo" tan típico del dogma católico.
Eso es lo que se agradece de esta cinta, que es sincera y que consigue que sintamos un aprecio enorme por le trabajo de esos hombres que en ocasiones parecen héroes y que, por lo menos en mi caso, creo que sería en lo que la iglesia debería basar sus esfuerzos si realmente lo que quieren es ayudar al ser humano.
Destacando por encima del resto, se encuentran dos actores como Lambert Wilson (Merovingio en Matrix) y Michael Lonsdale (el mítico Abad del Nombre de la Rosa, entre otras). El primero por llevar el pulso de la historia y ser el nexo entre el mundo monacal y el político o mundano, y el segundo por simplemente llenar con su presencia y su carisma la pantalla cada vez que aparece.
Una cinta muy profunda, pausada, bella en su fotografía y sin exceso alguno, que se disfruta si gusta de ver la profundidad de unos personajes bien definidos y de historias humanas bajo un marco actual.
Un saludo!.