Algo tan simple como las vacaciones de una familia se convierte en una verdadera pesadilla en Funny Games.
Michael Haneke se "remakea" a sí mismo diez años más tarde de estrenar esta misma película..y es que la cinta es un calco a la de entonces, tan sólo cambiando escenario y actores.
Funny Games basa su fuerza en someter al espectador a un agobio continuo, a un odio visceral hacia esos dos "elementos" que conforman la pareja principal de la cinta...y es que resulta difícil no soltar un "yo me levantaba y les chafaba la cabeza" en mitad de la cinta ante el acoso y la insufrible manera de actuar de Paul y Peter.
Recomendable ahora como lo era la de hace diez años.
Un saludo!
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